En el 2008 Ana Ivanovic tocó el cielo en el mundo del tenis después de conseguir su primer Grand Slam. La serbia se impuso en la final de Roland Garros a la rusa Dinara Safina, llegando a ser la número uno del tenis mundial el 9 de junio de ese mismo año. Pero no fue una casualidad en la carrera de la balcánica, sino que ese mismo año ya disputó la final del Abierto de Australia y el año anterior perdió en la final de París ante la belga Justine Henin.
Su indiscutible belleza la ha convertido en una de las sensaciones del circuito y de las jugadoras que más público llevaban a las pistas donde se daba cita. Ella, sin embargo, se confiesa una chica normal con las aficiones propias de alguien de su edad –tiene 23 años-. La serbia combina su profesión como tenista con los estudios de finanzas y español en Belgrado. De hecho, es capaz de hablar español de una manera aceptable.
Pero la carrera de una de las jugadoras más mediáticas del circuito empezó una cuesta abajo a partir de ese título de Roland Garrod y ha perdido enteros en los años 2009 y 2010. Ahora, la jugadora acaba de ser eliminada en la primera ronda del torneo de Dubai por Patty Schnyder (4-6, 7-6(2) y 6-2), confirmando el mal momento de la serbia. La semana anterior, la italiana Vinci privó a la balcánica de acceder a las semifinales del torneo malayo de Pattaya. Actualmente se encuentra lejos de su mejor estado de forma y se encuentra en el puesto 19 de la clasificación de la WTA.
Esperemos, por el bien de todos los aficionados al tenis, que la balcánica vuelva al nivel que acostumbraba a dar en el 2008 y, quizá, podamos ver algunos duelos "atractivos" entre Ivanovic y Wozniacki, actual número dos del circuito y otra de las sensaciones del mundo del tenis.