L D (EFE) Albert Pujol presentó en febrero pasado una querella por un presunto delito de injurias contra Laporta por el comunicado oficial que hizo público el FC Barcelona y en el que se desvelaban los motivos que, según la entidad, llevaron a despedir al director del museo hace poco más de un año, entre otras, la de revender las invitaciones para asistir a los partidos que el club ponía a su disposición.
Asimismo, Laporta se querelló contra Pujol por las acusaciones que el ex empleado del Barça vertió contra su persona en una rueda de prensa que ofreció en noviembre pasado. En aquella comparecencia ante los medios, Pujol denunció que había sido objeto de acoso laboral y arremetió contra Laporta, a quien acusó, entre otras cosas, de convertir el club "en un clan de amiguetes", despedir a los empleados de mayor antigüedad para formar "un escuadrón de fieles al régimen" y "duplicar cargos e inventarse otros nuevos" para devolver favores políticos.
Sin embargo, mientras que el juzgado de instrucción número 25 admitió a trámite la querella de Albert Pujol, el número 6 no hizo lo propio con la querella presentada por el presidente del Barça, pues no advirtió en la actuación del que ha sido el director del museo durante dieciséis años "ningún ánimo específico de ofender" a Joan Laporta ni tampoco al club.
El presidente del Barça prestaba declaración y, a continuación, abandonaba los juzgados con una amplia sonrisa en el rostro y sin querer hacer ningún tipo de manifestación.