LD (Carlos Morenilla/Valencia) La regata la han dominado los españoles de principio a fin. Con una salida en el mismo segundo, en cada uno de los largos han ganado ventaja hasta adelantar a los americanos con un minuto en la meta. El equipo español ha regateado con seguridad, ha sabido elegir la parte del campo de regatas que más le favorecía, por algo juega en casa, y en cada maniobra ha distanciado a su perseguidor. Y por si alguien duda del interés americano en ganar, ahí está la bandera roja, la bandera de protesta que ha enarbolado BMW-Oracle porque los cambios en la intensidad y dirección del viento han sido muy acusados. Han intentado que se anulara la regata para evitar así una derrota inapelable.
Sólo con esta victoria, el Desafío Español, despeja cualquier tipo de dudas sobre su preparación, su armonía de equipo y su capacidad para luchar por la victoria final, pero no ha sido ésta la única circunstancia que le ha favorecido en la clasificación, Victory ha ganado a Mascalzone Latino. El equipo italiano, máximo rival de los españoles hasta ahora por el cuarto puesto que da paso a semifinales, ha dilapidado con esta derrota casi todas sus opciones de alcanzar esta plaza.
La clasificación final de esta primera ronda de enfrentamientos que ha terminado era previsible antes de empezar, pero todos los cálculos parecieron romperse cuando en la primera regata Mascalzone ganó a New Zealand, después cuando se quebró el tangón del ESP97 y por último con la derrota de Luna Rossa ante Shosholoza. Ahí, todos los equipos se encontraron sumidos en la incertidumbre. Pero esta jornada de regatas ha puesto las cosas en su sitio.
Una clasificación para soñar
Ahora la clasificación muestra cómo hay cuatro equipos distanciados del resto por tres puntos al menos. Eso les otorga un seguro margen para mantenerse en esas posiciones y entre ellos está el español. Y no es sólo eso, lo mejor es que la distancia entre ellos es mínima. Sólo BMW-Oracle parece un líder sólido y a ése precisamente es al que el Desafío ha ganado, ¿por qué no pensar, pues, en la victoria final?