El Comité de Apelación de la UEFA redujo ayer la multa económica para el Real Madrid y para Mourinho, al que, además, levantó la condicional y ya no estará tres años bajo vigilancia por las tarjetas forzadas de Ámsterdam.
Sin embargo, Mourinho tendrá que cumplir ante el Auxerre el partido de sanción impuesto por el máximo organismo del fútbol europeo. Será el tercer partido, desde que es técnico del Real Madrid, que se mantenga fuera del banquillo, pero esta vez no lo tendrá tan fácil para comunicarse como en la Liga. La UEFA es mucho más estricta en sus normas cuando un entrenador es sancionado, con lo que la imagen del luso sentado en la grada cerca del banquillo no la veremos el próximo miércoles.
Mourinho estará incomunicado. Eso significa que tiene que estar en la tribuna, no se le permite acudir al vestuario, a túnel o al área técnica antes o durante el encuentro, según relata As. Eso sí, tendrá que cumplir con sus obligaciones ante la prensa, aunque también lo podría hacer Aitor Karanka, el segundo entrenador.
Además, el técnico no puede no podrá tener contacto alguno con el banquillo, no podrá dar órdenes tácticas ni comunicarse con ayudantes o jugadores. Así pues la imagen de Mourinho dando órdenes a sus futbolistas antes de saltar al campo, como en el encuentro ante el Athletic de Bilbao, no se dará en el próximo partido de Champions. Pero al portugués no le importará demasiado porque su equipo ya está clasificado y tiene en mente poner en liza al equipo B.