L D (EFE) En su única participación en un mundial, el de Perth´98, España acabó novena y la clasificación en el mundial de Barcelona le permitirá, como mínimo, optar a la octava plaza. En el ámbito continental, España tiene un historia muchos más digno, ya que cuenta con un cuarto puesto en el europeo de Sevilla´97, y tres sextos puestos en Ljubjana´03, Budapest´01 y Prato´99. España estaba contagiada del éxito de la delegación, que ha sumado su quinta medalla (David Meca), y desde el primer instante del partido salió a por la victoria. Para ello, como no, España debía ponerse a la altura de agresividad de las más corpulentas y experimentadas alemanas.
Mercé Vallés, la goleadora catalana y una de las mejores jugadoras del combinado nacional, envió el primer recado en los primeros segundos al marcar su primer gol, de penalti, de los tres que consiguió contra Alemania. Los primeros siete minutos de partido acabaron con empate a dos, pero fue en el segundo cuarto cuando una excelente defensa española anuló por completo el juego alemán, que se quedó en blanco, mientras que España marcó tres goles. En el siguiente cuarto, España agrandó al máximo su ventaja (2-8), una diferencia que parecía imposible, pero que gracias a una defensa intensa y una excelente resolución ante la meta de Simone Budde permitió al combinado español dejar casi sentenciado el partido.
A la espera de una reacción alemana en el cuarto, que no llegó, España vivió algún momento con la angustia de verse desprovista de su tesoro, que finalmente supo conservar, a pesar de perder el último cuarto por 3-1 (6-9). Con el último pitido de la mesa de anotación, la histeria se adueñó del ánimo de las waterpolistas españolas, quienes celebraron el éxito en el mundial juntas dentro del agua. Igual de entusiasmado, el equipo técnico, dirigido por Gaspar Ventura, también se fundía en un abrazo con lágrimas en los ojos.
Mercé Vallés, la goleadora catalana y una de las mejores jugadoras del combinado nacional, envió el primer recado en los primeros segundos al marcar su primer gol, de penalti, de los tres que consiguió contra Alemania. Los primeros siete minutos de partido acabaron con empate a dos, pero fue en el segundo cuarto cuando una excelente defensa española anuló por completo el juego alemán, que se quedó en blanco, mientras que España marcó tres goles. En el siguiente cuarto, España agrandó al máximo su ventaja (2-8), una diferencia que parecía imposible, pero que gracias a una defensa intensa y una excelente resolución ante la meta de Simone Budde permitió al combinado español dejar casi sentenciado el partido.
A la espera de una reacción alemana en el cuarto, que no llegó, España vivió algún momento con la angustia de verse desprovista de su tesoro, que finalmente supo conservar, a pesar de perder el último cuarto por 3-1 (6-9). Con el último pitido de la mesa de anotación, la histeria se adueñó del ánimo de las waterpolistas españolas, quienes celebraron el éxito en el mundial juntas dentro del agua. Igual de entusiasmado, el equipo técnico, dirigido por Gaspar Ventura, también se fundía en un abrazo con lágrimas en los ojos.