L D (Europa Press) La sesión comenzó puntual a las 10:30 horas con casi media hora de estiramientos para los internacionales, que trabajaron por parejas bajo las supervisión de Jesús Paredes y el resto de técnicos para poner sus músculos a punto y evitar cualquier posible contratiempo en forma de lesión. Los 22 internacionales, con la ausencia de Míchel Salgado, que se lesionó en la sesión vespertina de ayer y guardó reposo, ejercitaron los músculos de la zona lumbar y las piernas antes de reunirse en círculo para una pequeña charla de unos diez minutos con el seleccionador.
Acto seguido se trasladaron al campo principal para comenzar el trabajo con balón, con ejercicios de pase en corto por parejas y los habituales rondos, todo ello con el apoyo de varios centenares de niños que animaban desde las gradas, sobre todo a Puyol, que se incorporó el último a la segunda parte del trabajo y se ganó los aplausos de los niños. El capitán azulgrana, que arrastra unas molestias en la zona lumbar, se sentó unos minutos en el banquillo y después se retiró a los vestuarios para tratarse, pero no participó en el trabajo con balón, que continuó con tres partidillos de "fut-voley" de tres contra tres, en los que los jugadores no podían tocar el balón con la mano y que se desarrollaron entre risas por los puntos ganados y con el animo de los más jóvenes, que vitoreaban a Sergio Ramos y Raúl, sobre todo, sin olvidarse tampoco del resto.
Por su parte, por porteros realizaron mientras una sesión de trabajo personalizada, esta vez en un campo distinto, pero se incorporaron al grupo para ensayar el lanzamiento de faltas, con barrera, y con poca efectividad de los jugadores. Algunos como Torres, Pablo y Marchena se fueron retirando, mientras Xavi, Senna, Villa o Reyes batían a los metas y el resto no sobrepasaba la barrera o mandaba el disparo fuera. Después le tocó el turno a los penaltis, donde la efectividad fue algo mayor, pero sólo Del Horno, Sergio Ramos, Iniesta, Juanito y Xavi fueron capaces de anotar los dos que lanzaron, mientras que Raúl y Xabi Alonso se quedaron unos minutos más intentándolo.
Los gritos de apoyo de los más jóvenes no parecieron ser por completo del agrado del seleccionador, que se acercó a la grada para pedirles un poco de silencio en la parte final de el entrenamiento.