L D (EFE) En los mismo términos ha reiterado el presidente del club, Fernando Roig, después de que ni los futbolistas del Atlético ni el árbitro César Muñiz Fernández detuvieran el juego cuando Guille Franco estaba lesionado en el área de su equipo. Agüero centró el balón y el brasileño Eller cabeceó el único gol del encuentro.
La indignación en Villarreal esta motivada por tres cuestiones: la jugada del gol, las burlas de algunos jugadores del Atlético al acabar el partido y la actuación del colegiado. Respecto al gol, en el Villarreal existe el convencimiento de que es "mentira" que los jugadores del Atlético no vieran al jugador caído en el área, motivo por el que consideran antideportiva la actuación del equipo madrileño. Tanta o más controversia suscitó la actuación de algunos jugadores del Atlético de Madrid como el autor del gol o Luis Amaranto Perea, quienes, según los del Villarreal, al final del encuentro se burlaron repetidamente de algunos futbolistas del equipo local, lo que produjo algunos incidentes en el túnel de vestuarios.
Fernando Roig ha vuelto a afirmar que vio esas burlas personalmente y que eso es algo que no se puede permitir en el fútbol. Esta situación ha sido corroborada por el lateral izquierdo José Enrique Sánchez, quien señala que "para acabar de rematar lo sucedido sólo faltaba el tonto de Eller con su acción", dice. "Una cosa es que te ganen e incluso que te ganen como lo hicieron, pero otra cosa es que encima se quieran reír de ti", señala José Enrique.
En el mismo sentido se ha pronunciado José Mari Romero, quien ha indicado que dentro del campo "casi todo tiene un pase, pero que fuera y una vez acabado el partido "es vergonzoso lo que pasó". José Mari también ha hablado de la acción del gol y, aunque se muestra bastante enfadado con la acción de sus rivales, dice que hay que hacer autocrítica "porque pecamos de inocentes". "Queda claro que en el fútbol español no existe el juego limpio, pero debimos haber continuado la y defendiendo a muerte", señala el delantero sevillano, quien pensaba que los rivales iban a parar el juego.
Así lo indicó también el uruguayo Diego Forlán, quien considera que aunque el Atlético de Madrid no actuó bien, el gran culpable es el Villarreal porque fue demasiado inocente. "Debemos espabilar más. Es más, si a mi me cae ese balón dentro del área, yo hubiera chutado a gol y luego ya habríamos visto lo que pasa. Pecamos de no seguir el juego y eso nos pasa factura", indica.
José Enrique explica que si Agüero fuera sincero reconocería que sí que lo vio. "Su actitud me parece todavía de más sinvergüenzas. Lo hicieron mal y deben reconocerlo", añade. También existía malestar con el árbitro al margen de la jugada del gol por las acciones punibles en el área y, sobre todo, por lo que consideran un penalti de Perea a José Mari en la acción final del partido. Roig ha dicho que quizá dudó porque José Mari exageró en la caída, pero añade que la acción fue penalti. El delantero andaluz, por su parte, añade que "sólo con el ruido que hizo el golpe en la espinillera y lo cerca que estaba el árbitro, debía haber pitado penalti. "Parecía obsesionado en no pitar nada", concluyó.
La indignación en Villarreal esta motivada por tres cuestiones: la jugada del gol, las burlas de algunos jugadores del Atlético al acabar el partido y la actuación del colegiado. Respecto al gol, en el Villarreal existe el convencimiento de que es "mentira" que los jugadores del Atlético no vieran al jugador caído en el área, motivo por el que consideran antideportiva la actuación del equipo madrileño. Tanta o más controversia suscitó la actuación de algunos jugadores del Atlético de Madrid como el autor del gol o Luis Amaranto Perea, quienes, según los del Villarreal, al final del encuentro se burlaron repetidamente de algunos futbolistas del equipo local, lo que produjo algunos incidentes en el túnel de vestuarios.
Fernando Roig ha vuelto a afirmar que vio esas burlas personalmente y que eso es algo que no se puede permitir en el fútbol. Esta situación ha sido corroborada por el lateral izquierdo José Enrique Sánchez, quien señala que "para acabar de rematar lo sucedido sólo faltaba el tonto de Eller con su acción", dice. "Una cosa es que te ganen e incluso que te ganen como lo hicieron, pero otra cosa es que encima se quieran reír de ti", señala José Enrique.
En el mismo sentido se ha pronunciado José Mari Romero, quien ha indicado que dentro del campo "casi todo tiene un pase, pero que fuera y una vez acabado el partido "es vergonzoso lo que pasó". José Mari también ha hablado de la acción del gol y, aunque se muestra bastante enfadado con la acción de sus rivales, dice que hay que hacer autocrítica "porque pecamos de inocentes". "Queda claro que en el fútbol español no existe el juego limpio, pero debimos haber continuado la y defendiendo a muerte", señala el delantero sevillano, quien pensaba que los rivales iban a parar el juego.
Así lo indicó también el uruguayo Diego Forlán, quien considera que aunque el Atlético de Madrid no actuó bien, el gran culpable es el Villarreal porque fue demasiado inocente. "Debemos espabilar más. Es más, si a mi me cae ese balón dentro del área, yo hubiera chutado a gol y luego ya habríamos visto lo que pasa. Pecamos de no seguir el juego y eso nos pasa factura", indica.
José Enrique explica que si Agüero fuera sincero reconocería que sí que lo vio. "Su actitud me parece todavía de más sinvergüenzas. Lo hicieron mal y deben reconocerlo", añade. También existía malestar con el árbitro al margen de la jugada del gol por las acciones punibles en el área y, sobre todo, por lo que consideran un penalti de Perea a José Mari en la acción final del partido. Roig ha dicho que quizá dudó porque José Mari exageró en la caída, pero añade que la acción fue penalti. El delantero andaluz, por su parte, añade que "sólo con el ruido que hizo el golpe en la espinillera y lo cerca que estaba el árbitro, debía haber pitado penalti. "Parecía obsesionado en no pitar nada", concluyó.