Dos tantos de Karim Benzema en el arranque del segundo tiempo, unido al golazo de Kaká en la recta final con un gran disparo desde fuera del área ante el que nada pudo hacer Sergio Aragoneses, han dado al Real Madrid su quinta victoria consecutiva ante el Tenerife en un partido en el que el conjunto blanco ofreció dos caras: una pésima en la primera mitad y otra más cercana a lo que se espera de este equipo, tras el descanso. Otra vez la pegada salvó al conjunto de Manuel Pellegrini. En esta oportunidad fue Benzema el protagonista del triunfo y el que desatascó, junto a la salida tras el descanso de Kaká y de Guti, un compromiso en el que los madridistas, sencillamente, no empezaron a jugar hasta la vuelta de los vestuarios.
El Tenerife aguantó y controló a su antojo en los 45 minutos iniciales. Fue el único que llegó despierto al encuentro, pero no pudo soportar cuando el Madrid, con sus figuras, comenzó a carburar. Los insulares tuvieron sus ocasiones para no ser derrotados de forma contundente, pero no tienen esa pegada de los blancos e, incluso, Iker Casillas se lució como en las mejores ocasiones para mantener la portería a cero por cuarto partido consecutivo.
Tampoco ha encajado goles el Barça, que ha tenido que encomendarse a Zlatan Ibrahimovic para obtener los tres puntos ante el Málaga. El sueco, que no fue titular y que vio precipitada su salida al campo por la lesión de Henry, acudió al rescate de su equipo, sorprendido por la valentía con la que los andaluces plantearon el choque. Ibrahimovic rubricó su quinto gol en Liga –ha marcado en todos los partidos- al enganchar un pase de fantasía de Messi para fusilar a Munúa, que no pudo impedir que el balón se colara en la portería. El tanto animó al Barça, que hasta entonces había permanecido atascado por la presión a la que le sometía un Málaga que tuvo en el nigeriano Obinna al más peligroso de sus hombres.
La sentencia llegaría tras el descanso y, de nuevo, tras un cambio forzado por una lesión. Chygrynskiy tuvo que retirarse y Guardiola dio entrada a Piqué, que, en un alarde de efectividad máxima, enchufó el primer balón que tocaron sus botas al transformar una falta botada por Xavi. Ahí se acabó el partido porque el Málaga ya se vio incapaz de levantar el 0-2. A cuatro minutos del final se produjo la expulsión de Luque, que vio la roja directa por una entrada durísima sobre Dani Alves. Y en el último suspiro, Messi pudo marcar el 0-3, pero el Barça se quedó sin ese tanto que le hubiera permitido encabezar la clasificación por delante del Real Madrid.
En Mestalla, Valencia y Atlético de Madrid han firmado un empate (2-2) que no sirve de mucho a ambos, aunque a los visitantes les queda el consuelo de haber arañado un punto -el primero lejos del estadio Vicente Calderón- que puede haber salvado la cabeza de Abel Resino. Valencianistas y rojiblancos tienen el mismo problemas. Con jugadores talentosos en ataque, sus defensas, en especial la del Valencia, son una ruina. A ello se unió que los delanteros de calidad que estuvieron sobre el césped de Mestalla hicieron muy buenas jugadas, pero también fallaron mucho.
El Atlético marcó en su primera acción ofensiva, tras una jugada trenzada por la izquierda que resolvió el 'Kun' Agüero desde cerca. Además, dispuso de alguna otra ocasión en el primer periodo para volver a marcar, más por imprecisiones de la zaga del Valencia que por aciertos propios. Tras el gol, la iniciativa la llevó el equipo de casa, consistente en ataque y nervioso en defensa y que, tras un par de aproximaciones a la meta atlética, logró dar la vuelta al marcador en dos minutos gracias a dos acciones precisas de Pablo Hernández y David Villa, máximo realizador del campeonato con seis tantos. Cuando parecía que el Valencia iba a obtener los tres puntos, Maxi Rodríguez se encargaba de firmar la igualada en el tiempo de descuento.
Además, el Sevilla ha castigado con crudeza la debilidad defensiva del Athletic y ha encadenado su cuarta victoria consecutiva en San Mamés tras imponerse con rotundidad en un partido que quedaba sentenciado antes del descanso con los goles de Renato, Álvaro Negredo y Kanouté. Jesús Navas, a un cuarto de hora del final, redondeaba el triunfo sevillista ante un rival desconocido que en nada se ha parecido al que hace sólo siete días ganó con brillantez e ilusionó a 'La Catedral' frente al Villarreal.