L D (EFE) La eliminación de los Cavaliers de Cleveland, con la súper estrella LeBron James al frente, por parte de los Magic, frustró el gran sueño de la NBA de ver en las Finales el duelo entre "King" James y el escolta Kobe Bryant, la figura de los Lakers.
Eso no será posible porque los Magic superaron con su juego de equipo a los Cavaliers (4-2) y ahora la gran figura del equipo, campeón de la Conferencia Este, recae sobre el pívot "Superman" Dwight Howard, que buscará ante Bryant su consagración de estrella a nivel nacional e internacional. Howard, de 23 años, todavía no tiene la proyección mediática que posee James y de ahí que ante los Lakers se va a encontrar con la gran oportunidad de su vida, si al final le puede ganar el duelo a los hombres altos de los Lakers, y también contrarrestar la aportación individual que haga Bryant.
Como es lógico, no habrá un duelo directo de uno contra uno entre Howard y Bryant en la estrategia que presenten Stan Van Gundy y Phil Jackson, los respectivos entrenadores de los Magic y Lakers, pero su aportación individual podrá ser al final decisiva. Howard ha demostrado que a pesar de su juventud ya es el jugador alto más dominante que hay en la NBA y que llegó a Orlando para ocupar el puesto que dejó vacante en su momento otro pívot legendario como Shaquille O'Neal, con quien precisamente llegaron los Magic a su primeras Finales de la NBA, en 1995. Luego O'Neal, tras ser barrido su equipo (4-0) por los Rockets de Houston, salió de Orlando para ver cumplido su gran sueño de estar con los Lakers y junto a Bryant y Jackson ganar tres títulos de liga.
Howard ya ha dicho que no seguirá el camino de O'Neal y pase lo que pase en las Finales su compromiso con los Magic y la ciudad de Orlando es completo, siempre que los aficionados deseen, de verdad, que siga todo el tiempo dentro de la organización. Ese proceso y etapa ya está superado por Bryant que "despidió" precisamente a O'Neal de su lado cuando le puso sobre la mesa al dueño de los Lakers, Jerry Buss, el dilema que eligiese con quien de los dos se quería quedar. Ganó Bryant y ahora lo único que le falta a la estrella de los Lakers es conseguir el título de liga sin la presencia de O'Neal, pero con grandes jugadores a su lado como el ala-pívot español Pau Gasol, el alero Lamar Odom y jóvenes valores representados por Trevor Ariza y Andrew Bynum.
Los Lakers, que disputaran las trigésimas Finales en su historia, las segundas consecutivas, buscarán también el decimoquinto título, para consolidarse como la segunda dinastía de la NBA, sólo superados por los Celtics de Boston, los actuales campeones, que el año pasado los ganaron para conseguir el decimoséptimo título y que este fueron eliminados en la primera ronda de las eliminatorias precisamente por Orlando. La historia y potencial de los Lakers los presentan como los grandes favoritos al título y todas las apuestas están a su favor, además que también tienen la ventaja de campo después que en la temporada regular consiguiesen marca de 65-17, la segunda mejor, sólo superados por los Cavaliers (66-16).
Incluida la que ha hecho el presidente estadounidense, el demócrata Barack Obama, un fanático del deporte del baloncesto, que dijo que ganarían los Lakers en seis partidos (4-2). Ante la historia de Los Lakers, la ventaja de campo, la gran estrella mediática en su equipo y el entrenador que también busca ser el que tenga más títulos en la NBA, los Magic presentan a la nueva generación de valores con "Superman" Howard, que ha hecho posible que el equipo, después de 14 años, esté en las Finales.
Esta vez, los Magic, no sólo van a tener al jugador alto más dominante del momento sino también a los mejores tiradores de triples de la NBA y además por pares como serán Rashard Lewis, el turco Hedo Turkoglu, el francés Mickael Pietrus, el base Rafer Alston, el novato Courtney Lee y, si vuelve, el estelar Jameer Nelson. Precisamente, Nelson, el base 'All-Star' que ha sido baja por lesión del hombro derecho desde el pasado 2 de febrero, podría ser el factor sorpresa de las Finales si, como se espera, el entrenador Van Gundy le de la oportunidad de jugar en algunos de los partidos.
Nadie olvida dentro de la organización de los Magic que durante la primera fase de la temporada su equipo barrió 2-0 la serie contra Los Lakers y el gran artífice y estrella de los triunfos fue Nelson, que logro unos promedios de 27,5 puntos. Van Gundy, que dirigirá por primera vez como profesional a un equipo en unas Finales de la NBA, no quiere darle a Jackson, nueve títulos de liga en su poder -seis con los Bulls y tres con Lakers-, los mismos que el legendario Red Auberbach, ninguna pista del factor Nelson.
Lo que sí ha descubierto ya Van Gundy y los Magic demostrado en el campo es que piensan y juegan como campeones, y ahora solo les falta conseguir el primer anillo, el mismo que reclaman los Lakers para consagrar la segunda etapa de Bryant, con Gasol como su lugarteniente preferido y primer jugador español que pueda ganar un título de liga en la NBA. Jackson también quiere ya convertirse en el entrenador más laureado de la historia del baloncesto profesional y así quedar libre para en cualquier momento dar el adiós definitivo a la competición, que tanta desgaste físico le ha generado en esta segunda etapa al frente de los Lakers.