El Barcelona no falla. En un día como hoy, con un encuentro rodeado de excesiva euforia, con un Almería con la soga al cuello, después de una "inesperada" victoria del Madrid, y en el que, además, nada te sale, uno se viene abajo y cae. Pero no, este Barça no. Y por eso, sigue aventajando por ocho puntos al Real Madrid.
En la primera mitad el partido apenas tuvo fútbol. El Almería, con un once revolucionario en el estreno de Olabe en el banquillo, salió muy bien plantado y, sobre todo, con una disciplina defensiva excelsa que impedía las habituales conexiones azulgranas. Sólo Messi e Iniesta, en ocasiones, pudieron hacerlo. Poco se vio de Thiago, hoy titular, Bojan, sustituido por lesión, o Xavi en el día de hoy.
Al arrancar la segunda mitad saltó la sorpresa en el Camp Nou. Una contra perfectamente lanzada por Crusat es continuada por Piatti -qué rápidos son los dos- y finalizada por Corona al primer toque. Pero muy poco duró la alegría para los andaluces, porque sólo tres minutos después Diego Alves se equivocó y cometió un absurdo penalti sobre Villa, pena máxima que no desperdició Messi. En esa acción estuvo, quizá, la clave del encuentro.
A partir de este momento el partido fue un monólogo azulgrana. En el 64 Thiago Alcántara, titular por segunda vez consecutiva, puso a los suyos por delante al rematar un saque de esquina en el que Acasiete se quedó dormido. El Almería se lanzó en el tramo final a por el empate, pero éste no llegó y en el descuento Messi, aprovechándose de otro error, en esta ocasión de Marcelo Silva, puso la sentencia.
Una victoria que mantiene al Almería en la cola de la tabla, de cada vez más lejos de los puestos de salvación, y al Barcelona con ocho puntos de ventaja sobre un Real Madrid que, pese a todo, no tira la toalla, como demostró dos horas antes en San Mamés.