L D (EFE) Flecha, un corredor con madera de clasicómano nacido hace 25 años en Buenos Aires, ganaba por valentía y ambición al salir de un grupo de ocho corredores que marchaban escapados desde el kilómetro 57, y afrontaba los últimos 16 en solitario y con los desesperados perseguidores al acecho. Ha aguantado el tirón para presentarse en la pista del aeródromo de Montaudran, símbolo de la aeronáutica cuyo pionero más conocido es Antoine de Saint Exupery, autor de El Principito , con ventaja suficiente para formar un arco con sus brazos y hacer diana en "la victoria más bonita" de su vida con un tiempo de tres horas, 29 minutos y 32 segundos.
El corredor del iBanesto.com ha aportado la segunda etapa española después de la conseguida por Mayo en Alpe D´Huez, un éxito importante para un equipo cuyo patrocinador desaparece a final de temporada. Flecha arriesgó y fue inteligente porque no podía jugársela al esprint con algunos compañeros de fuga. "No podía llegar a la recta de llegada con Stuart O´Grady y el francés Da Cruz porque son muy rápidos, por eso debía intentar irme solo", ha dicho. Y Flecha, que se sumaba a la escapada buena del día con otros dos españoles -Isidro Nozal (ONCE-Eroski) e Íñigo Cuesta (Cofidis)- y el australiano Rogers, un corredor de gran futuro, salió disparado como en una contrarreloj hacia meta.
Intentaron darle alcance el propio Rogers y Da Cruz, también saltó Nozal, también De Groot, pero tarde en todos los casos. Flecha, el único español que ha terminado este año la París-Roubaix y el Tour de Flandes, dos monumentos de las clásicas, ya estaba loco de alegría en la meta de Montaudran. El corredor nacido en Buenos Aires pero afincado en Cataluña desvelaba el secreto de su hazaña: "Mi novia ha trabajado en el centro aereospacial cercano a la meta y conozco el recorrido perfectamente. Sabía dónde tenía que saltar. Mi corazón latía cada vez más fuerte a medida que me acercaba", explicaba.
Flecha ha demostrado que, tras dos años de sequía, el arco sigue funcionado y así espera que sus amigos no le gasten más bromas. Aventajava en cuatro segundos a De Groot y Nozal y en 15 a Íñigo Cuesta. La general sin cambios con Armstrong de amarillo por cuarto día consecutivo, Vinokurov a continuación, a 21 segundos; y Mayo tercero y primer español a 1:02. El pelotón salía a pasar una jornada más de transición con escapada consentida y los favoritos, tranquilos, reservaron sus energías para la contrarreloj del viernes. Quien no olvidará nunca este día, "eso ya lo tengo para recordarlo toda la vida", fue Flecha.
La duodécima etapa, la contrarreloj sobre 47 kilómetros entre Gaillac y Cap Decouverte, se presenta como una de las claves del Tour del centenario, justo en la víspera de la entrada en Pirineos, donde esperan tres jornadas de montaña que deben decidir quién será el vencedor final.
El corredor del iBanesto.com ha aportado la segunda etapa española después de la conseguida por Mayo en Alpe D´Huez, un éxito importante para un equipo cuyo patrocinador desaparece a final de temporada. Flecha arriesgó y fue inteligente porque no podía jugársela al esprint con algunos compañeros de fuga. "No podía llegar a la recta de llegada con Stuart O´Grady y el francés Da Cruz porque son muy rápidos, por eso debía intentar irme solo", ha dicho. Y Flecha, que se sumaba a la escapada buena del día con otros dos españoles -Isidro Nozal (ONCE-Eroski) e Íñigo Cuesta (Cofidis)- y el australiano Rogers, un corredor de gran futuro, salió disparado como en una contrarreloj hacia meta.
Intentaron darle alcance el propio Rogers y Da Cruz, también saltó Nozal, también De Groot, pero tarde en todos los casos. Flecha, el único español que ha terminado este año la París-Roubaix y el Tour de Flandes, dos monumentos de las clásicas, ya estaba loco de alegría en la meta de Montaudran. El corredor nacido en Buenos Aires pero afincado en Cataluña desvelaba el secreto de su hazaña: "Mi novia ha trabajado en el centro aereospacial cercano a la meta y conozco el recorrido perfectamente. Sabía dónde tenía que saltar. Mi corazón latía cada vez más fuerte a medida que me acercaba", explicaba.
Flecha ha demostrado que, tras dos años de sequía, el arco sigue funcionado y así espera que sus amigos no le gasten más bromas. Aventajava en cuatro segundos a De Groot y Nozal y en 15 a Íñigo Cuesta. La general sin cambios con Armstrong de amarillo por cuarto día consecutivo, Vinokurov a continuación, a 21 segundos; y Mayo tercero y primer español a 1:02. El pelotón salía a pasar una jornada más de transición con escapada consentida y los favoritos, tranquilos, reservaron sus energías para la contrarreloj del viernes. Quien no olvidará nunca este día, "eso ya lo tengo para recordarlo toda la vida", fue Flecha.
La duodécima etapa, la contrarreloj sobre 47 kilómetros entre Gaillac y Cap Decouverte, se presenta como una de las claves del Tour del centenario, justo en la víspera de la entrada en Pirineos, donde esperan tres jornadas de montaña que deben decidir quién será el vencedor final.