L D (EFE) La última etapa, con salida y llegada en la capital riojana, se ha disputado sobre un recorrido de 176,5 kilómetros, en los que sólo había que superar un alto de tercera categoría, el de Cripán, emplazado en el municipio alavés del mismo nombre.
Otro de los protagonistas de la carrera ha sido el riojano del Comunidad Valenciana, Javier Pascual Llorente, que ya el sábado no se encontró con las fuerzas suficientes y esta vez ha tenido que abandonar a los cien kilómetros de etapa al sufrir una caída que, afortunadamente, no tuvo más consecuencias que la retirada del corredor. La tercera y última etapa de la Vuelta a La Rioja parecía poco propicia para que alguien sorprendiera a un líder sólido como Pascual Rodríguez y también se presentaba muy favorable para una llegada al sprint en la que el alemán Erik Zabel (T.Mobile) podía ofrecer espectáculo.
El equipo Kaiku se encargó, sin embargo, de romper los pronósticos y aunque al final logró únicamente el triunfo de la etapa, en algunos momentos dio la sensación de que podía aspirar a ganar la general. Ya a los veinte kilómetros de etapa un corredor del conjunto navarro, Jorge Azanza, planteó la primera fuga y cinco ciclistas le secundaron en el intento, tres "modestos", Víctor Gomes y Jaume Rovira, del Andalucía Paul Versán, y Xabat Ochotorena del Orbea; y dos hombres "fuertes" de la carrera, Zabel del y el propio líder Pascual Rodríguez. Nadie en el pelotón reaccionó y la carrera se mantuvo así durante noventa kilómetros, en los que los escapados mantuvieron una corta ventaja sobre el grupo en torno al minuto y medio.
Después de pasar por la localidad de Briones, cuando la carrera iba a entrar en La Rioja Alavesa, todos se tomaron más en serio la etapa; el pelotón cogió a los seis ciclistas y los principales favoritos al triunfo de hoy comenzaron a marcarse entre sí. Sin embargo, ni los corredores del T.Mobile ni los del Comunidad Valenciana repararon en Ezequiel Mosquera, quien saltó del pelotón acompañado por José Ruiz del Andalucía Paul Versan. Antes de la subida al alto de Cripán Mosquera impuso un ritmo muy fuerte y dejó atrás a su compañero. En los siguientes kilómetros el corredor gallego afrontó una contrarreloj ya que aunque estaba en la general muy lejos del líder, a más de cinco minutos y medio, él tenía más fuera que el sábado, cuando fue segundo, y podía sorprender a Pascual Rodríguez.
En la cima del puerto tenía tres minutos y medio de renta y cinco kilómetros después, a 25 de meta, acumulaba una distancia de cuatro minutos y diez segundos respecto al pelotón y asustaba al Comunidad Valenciana. Pero entonces Zabel volvió a hacerse presente en la carrera y creyó que todavía podía ganar en Logroño; puso a todo el T.Mobile a trabajar, encabezado por el italiano Daniele Nardello, y la renta de Mosquera comenzó a bajar. En los siguientes diez kilómetros el fugado perdió tres minutos de su ventaja y dio la sensación de que no llegaría solo a las calles de Logroño.
Pero los últimos kilómetros de etapa, por el casco urbano de la capital riojana, y las fuertes rachas de viento en contra del grupo, no favorecieron el trabajo del equipo alemán, que comprendió que no optaría al triunfo de etapa y se dedicó a preparar el sprint por la segunda posición, en el que Zabel tampoco estuvo afortunado y quedó por detrás del joven Javier Benítez, del Relax Fuenlabrada.