L D (Agencias) Un gol de Cassano en el último minuto del partido (m.94) dio un triunfo inútil a Italia sobre Bulgaria (2-1), pues a tenor del empate entre Dinamarca y Suecia por el temido resultado de 2-2, la selección italiana se marcha a casa en la primera fase. Fue el corolario de una cadena de errores que ahora pasan su factura: los malos resultados desde el primer partido, la lluvia de críticas sobre Vieri y Del Piero , el salivazo de Totti a Poulsen , y el empeño de la prensa italiana en preparar el terreno para que, si se daba un empate 2-2, justificar la salida del torneo pro un presunto "tongo".
Y la verdad es que el empate llegó casi en el último minuto, como también vino en ese instante el gol del triunfo de Italia sobre Bulgaria, en un partido mucho más sufrido de lo previsto y que se mantuvo merced al drama de la clasificación. Se presentó sobre el campo una selección italiana sin gran mordiente, tensa, espesa y lenta en la acción y demasiado previsible.
Enfrente estaba una Bulgaria eliminada, que no se jugaba más que el prestigio y el estrenar su marcador de puntos y de goles, junto con el deseo de, con un triunfo, ceder a su rival la última plaza del grupo. Una Bulgaria orgullosa, bien plantada y atenta, pero que evidenció ser un equipo "apañadito" y poco más, con notables lagunas, especialmente en ataque, y con tan sólo Martin Petrov como jugador de cierto buen nivel.
La segunda mitad vio otra Italia, al menos en carácter y velocidad, ya que siguió sin gran juego. Pero muy pronto encontró el empate, en una jugada de Cassano con disparo al travesaño y un error grave del meta búlgaro que no se hizo con el balón y permitió el toque vencedor de Perrotta (m.48).
En ese momento, a Italia la faltaban dos goles, pues casi a continuación Suecia empató ante Dinamarca (1-1). El último cuarto de hora resultó dramático para una Italia tan pendiente de buscar su segundo gol como que Suecia no logrará el suyo y ubicara el "sospechoso" 2-2 en el marcador de su partido contra Dinamarca. El drama aumentó en un partido que ya estaba roto, con el equipo italiano pasando del centro del campo y colgando balones y con una Bulgaria buscando el triunfo, que pudo lograr en el minuto 93.
Lo que llegó fue el 2-2 en el Dinamarca-Suecia que ya hacía inútil lo que pasará en el Italia-Bulgaria. Y, casi a continuación el 2-1 a cargo de Cassano, que celebró el tanto creyendo que le daba el pase, pues no sabía lo que acontecía en el otro encuentro. Cuando lo supo cayó al suelo en medio de lágrimas.
Y la verdad es que el empate llegó casi en el último minuto, como también vino en ese instante el gol del triunfo de Italia sobre Bulgaria, en un partido mucho más sufrido de lo previsto y que se mantuvo merced al drama de la clasificación. Se presentó sobre el campo una selección italiana sin gran mordiente, tensa, espesa y lenta en la acción y demasiado previsible.
Enfrente estaba una Bulgaria eliminada, que no se jugaba más que el prestigio y el estrenar su marcador de puntos y de goles, junto con el deseo de, con un triunfo, ceder a su rival la última plaza del grupo. Una Bulgaria orgullosa, bien plantada y atenta, pero que evidenció ser un equipo "apañadito" y poco más, con notables lagunas, especialmente en ataque, y con tan sólo Martin Petrov como jugador de cierto buen nivel.
La segunda mitad vio otra Italia, al menos en carácter y velocidad, ya que siguió sin gran juego. Pero muy pronto encontró el empate, en una jugada de Cassano con disparo al travesaño y un error grave del meta búlgaro que no se hizo con el balón y permitió el toque vencedor de Perrotta (m.48).
En ese momento, a Italia la faltaban dos goles, pues casi a continuación Suecia empató ante Dinamarca (1-1). El último cuarto de hora resultó dramático para una Italia tan pendiente de buscar su segundo gol como que Suecia no logrará el suyo y ubicara el "sospechoso" 2-2 en el marcador de su partido contra Dinamarca. El drama aumentó en un partido que ya estaba roto, con el equipo italiano pasando del centro del campo y colgando balones y con una Bulgaria buscando el triunfo, que pudo lograr en el minuto 93.
Lo que llegó fue el 2-2 en el Dinamarca-Suecia que ya hacía inútil lo que pasará en el Italia-Bulgaria. Y, casi a continuación el 2-1 a cargo de Cassano, que celebró el tanto creyendo que le daba el pase, pues no sabía lo que acontecía en el otro encuentro. Cuando lo supo cayó al suelo en medio de lágrimas.