Ivanovic es la encarnación del ascenso en potencia del tenis serbio. Ha logrado con su clasificación para la final su mayor éxito en un Grand Slam, en los que hasta ahora nunca había superado los cuartos de final. Su victoria en Berlín y la final de Tokio marcan su mejoría sobre la tierra batida, afianzada tras un breve paso por la academia de Emilio Sánchez Vicario en Barcelona.
La nueva dueña de la Copa de los Mosqueteros será la vencedora entre Ivanovic y Justine Henin, quien disputará su cuarto título de Roland Garros en su cuarta final. La ganadora de los dos últimos buscará el tercero tras barrer de la pista a la serbia Jelena Jankovic con un doble 6-2.
Muy imprecisa en todo el momento, Jankovic no pudo forzar una final totalmente serbia y fue muy inferior a su rival, a la que no había ganado en ninguna de las cinco veces precedentes que la había afrontado. La serbia, que había confesado que jugar las semifinales de Roland Garros era el cumplimiento de un sueño, reconoció al término del encuentro que Henin había sido superior.
Segura en su juego, la belga, entrenada por el argentino Carlos Rodríguez, se mantuvo concentrada en todo momento y no otorgó opciones a su rival, que se limitó a defenderse. "Me esperaba un partido muy difícil y por eso he estado tan concentrada y me ha salido un encuentro tan bueno", afirmó la belga.
Henin, que nunca ha perdido una final en Roland Garros, llega a la de 2007 sin haber perdido ningún set. "La final de Roland Garros siempre ha sido un gran día para mi, espero que en esta ocasión suceda lo mismo, aunque Ivanovic está muy fuerte y será un partido difícil", dijo. Contra Ivanovic sólo ha jugado una vez, hace dos años en el torneo de varsovia, con victoria de la belga en dos mangas.