L D (EFE) Guardiola, amante de las exquisiteces futbolísticas, tiene muy claro la ascendencia que Iniesta tiene en su equipo, en éste y en todos en los que ha actuado, hasta el punto que en las charlas con los jóvenes de las categorías inferiores, siempre lo pone como ejemplo. "Andrés come aparte. No lleva pendientes, no se pinta el pelo, juega 20 minutos y no se queja... Es el ejemplo. Así se lo digo a los chicos: 'Fijaos en Iniesta", explica Guardiola cuando se le pregunta por el albaceteño.
El entrenador ya le pronosticó en su día a Xavi Hernández que si bien el de Terrassa era su sucesor natural, Iniesta los jubilaría a todos y acertó a medias, porque Xavi es el acompañante ideal de Iniesta, un jugador que con el tiempo mejora, mejora en el pase y el desborde y todo ello sin aspavientos, con naturalidad, su fútbol es exquisito.
Iniesta, el jugador que puso a Fuentealbilla (Albacete) en el mapa, dirige las operaciones desde su fragilidad (1,70 metros y 65 kilogramos), y con el paso del tiempo ha demostrado su polivalencia. Ya no es únicamente aquel sutil centrocampista que apuntaba magníficas maneras desde que fichó por el Barça con 12 años, sino que ha demostrado su calidad en otras posiciones. Lo ha hecho jugando de extremo izquierdo cuando el equipo lo ha requerido, especialmente a principios de temporada, y ha demostrado lo importante que él es para el juego del Barça cuando ha estado ausente.
Iniesta se lesionó en un entrenamiento, unos días después del 2-2 en el Ruiz de Lopera. Sufrió una elongación muscular que le mantuvo de baja entre el 17 de febrero y el 3 de marzo, y en esas casi tres semanas, el equipo lo echó mucho en falta. El manchego no jugó en la derrota ante el Espanyol (1-2), no estuvo en el empate en Lyon (1-1), ni en la derrota en el Calderón (4-3). En un equipo del que se criticaba su absoluta dependencia de Leo Messi, se demuestra la importancia de Iniesta, cuando está y cuando no está sobre el terreno de juego.
Y su ascendencia no es una cuestión estadística, porque Iniesta no es con seguridad un goleador (14 en Liga, desde que debutó en el Barça de Louis van Gaal en la temporada 2002-03), tampoco un asistente, sino un maestro en los aspectos intangibles del juego, aquellas acciones que no se reflejan en las fichas técnicas, pero que son fundamentales para ganar los partidos. Así ocurrió en la final de la 'Champions' que el Barça ganó en París en mayo de 2006. Iniesta salió del banquillo, durante el descanso, para sustituir a Edmilson y revolucionar el juego de su equipo. El Barça perdía entonces por 0-1 y remontó la situación con dos tantos en los últimos 14 minutos que le dieron su segunda Copa de Europa.
Iniesta es el futbolista silencioso, un jugador que ha calado en el barcelonismo. El ejemplo para Guardiola y para los jóvenes del fútbol base. Un jugador invisible fuera del campo, pero insustituible en el terreno de juego.
Guardiola alaba a Iniesta: "Es el ejemplo a seguir"
No luce tatuaje ni 'piercings', no lleva el pelo pintado y se le conoce sólo por su fútbol. Es Andrés Iniesta el fiel de la balanza del juego barcelonista, un jugador que encandila a su entrenador Pep Guardiola, que está rendido ante la calidad del albaceteño.
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