(Libertad Digital) La segunda semifinal de la Eurocopa 2004 arrancó con el guión esperado. La República Checa estaba decidida al ataque y Grecia a la expectativa, pero con el orden del que ha hecho gala habitualmente durante la competición. Eso sí, la voracidad ofensiva checa llegó a poner el miedo en el cuerpo de los griegos.
A un disparo al larguero de Rosicky a los tres minutos le siguió, poco después, una sobresaliente intervención de Nikopolidis a un duro chut de Jankulovski, que fue el auténtico azote para Grecia durante el primer tiempo. Tras calmar el ciclón inicial de los centroeuropeos, el equipo de Otto Rehhagel se asentó sobre el terreno de juego e incluso se atrevió a acercase a los dominios de Cech. En esta mejoría del conjunto heleno tuvo mucho que ver Karagounis, que se hizo con el balón y calmó las arremetidas checas. La situación había cambiado mucho y Grecia controlaba ahora la situación.
Sin embargo, los latigazos ofensivos del equipo de Karel Bruckner obligaron a Nikopolidis a emplearse a fondo y, hasta en dos ocasiones más evitó que los checos abrieran el marcador en el primer tiempo. En el tramo final de este período, la República Checa sufrió un contratiempo importante al perder por lesión a su buque insignia, Pavel Nedved, que tuvo que ser sustituido por Smicer. Una incidencia que podía afectar el ritmo de juego del centro del campo checo.
Así, la segunda parte comenzó con la incógnita de cómo encajaría el equipo de Bruckner la ausencia de su jefe, aunque pronto quedó claro que el conjunto checo no perdió su espíritu y desde el inicio se fue en busca de la meta griega. Un agarrón de Dellas a Koller en el área no fue considerado por el árbitro Pierluigi Collina como penalti en la jugada más conflictiva del partido poco después de que el propio Koller estuviera a punto de marcar, aunque el balón terminara chocando contra su compañero Milan Baros. Grecia aguantaba las acometidas de su rival y, cuando podía, trataba de encontrar su oportunidad. El partido entró en la fase que más le convenía al conjunto de Rehhagel, que buscaba un resquicio en la defensa rival para dar la sorpresa.
Las continuas interrupciones en el último cuarto de hora cortó el ritmo anterior del partido por completo, pero los checos recuperaron el pulso ofensivo que ha marcado su juego y estuvieron cerca de matar el partido. Tras una serie de paredes, el lanzamiento de Koller se fue fuera junto al poste por muy poco. Lo mismo le sucedió a Baros poco después. Grecia también estuvo muy cerca de marcar, pero el partido llegó a una prórroga que comenzó con varios sobresaltos para Cech, ya que Giannakopoulos, en dos ocasiones, Charisteas y hasta Dellas tuvieron oportunidades para batirle. El equipo de Rehhagel parecía más entero en el tiempo extra y lo demostró. Tanto lo intentaron los griegos que un certero cabezazo del central de la Roma en el último suspiro de la primera parte de la prórroga se convirtió en el gol de plata que nadie esperaba.
A un disparo al larguero de Rosicky a los tres minutos le siguió, poco después, una sobresaliente intervención de Nikopolidis a un duro chut de Jankulovski, que fue el auténtico azote para Grecia durante el primer tiempo. Tras calmar el ciclón inicial de los centroeuropeos, el equipo de Otto Rehhagel se asentó sobre el terreno de juego e incluso se atrevió a acercase a los dominios de Cech. En esta mejoría del conjunto heleno tuvo mucho que ver Karagounis, que se hizo con el balón y calmó las arremetidas checas. La situación había cambiado mucho y Grecia controlaba ahora la situación.
Sin embargo, los latigazos ofensivos del equipo de Karel Bruckner obligaron a Nikopolidis a emplearse a fondo y, hasta en dos ocasiones más evitó que los checos abrieran el marcador en el primer tiempo. En el tramo final de este período, la República Checa sufrió un contratiempo importante al perder por lesión a su buque insignia, Pavel Nedved, que tuvo que ser sustituido por Smicer. Una incidencia que podía afectar el ritmo de juego del centro del campo checo.
Así, la segunda parte comenzó con la incógnita de cómo encajaría el equipo de Bruckner la ausencia de su jefe, aunque pronto quedó claro que el conjunto checo no perdió su espíritu y desde el inicio se fue en busca de la meta griega. Un agarrón de Dellas a Koller en el área no fue considerado por el árbitro Pierluigi Collina como penalti en la jugada más conflictiva del partido poco después de que el propio Koller estuviera a punto de marcar, aunque el balón terminara chocando contra su compañero Milan Baros. Grecia aguantaba las acometidas de su rival y, cuando podía, trataba de encontrar su oportunidad. El partido entró en la fase que más le convenía al conjunto de Rehhagel, que buscaba un resquicio en la defensa rival para dar la sorpresa.
Las continuas interrupciones en el último cuarto de hora cortó el ritmo anterior del partido por completo, pero los checos recuperaron el pulso ofensivo que ha marcado su juego y estuvieron cerca de matar el partido. Tras una serie de paredes, el lanzamiento de Koller se fue fuera junto al poste por muy poco. Lo mismo le sucedió a Baros poco después. Grecia también estuvo muy cerca de marcar, pero el partido llegó a una prórroga que comenzó con varios sobresaltos para Cech, ya que Giannakopoulos, en dos ocasiones, Charisteas y hasta Dellas tuvieron oportunidades para batirle. El equipo de Rehhagel parecía más entero en el tiempo extra y lo demostró. Tanto lo intentaron los griegos que un certero cabezazo del central de la Roma en el último suspiro de la primera parte de la prórroga se convirtió en el gol de plata que nadie esperaba.
Ficha técnica del partido
Grecia, 1: Nikopolidis; Seitaridis, Kapsis, Dellas, Fysas; Zagorakis, Katsouranis, Basinas (Giannakopoulos, m.72), Karagounis; Vryzas (Tsartas, m.91) y Charisteas
República Checa, 0: Cech; Grygera, Ujfalusi, Bolf, Jankulovski; Galasek, Poborsky, Rosicky, Nedved (Smicer, m.40); Baros y Koller
Gol: 1-0, m.106+: Dellas
Árbitro: Pierluigi Collina (Italia). Mostró tarjeta a amarilla a los griegos Seitaridis, Charisteas y Karagounis, y a los checos Galasek, Smicer y Baros
Incidencias: Segundo partido de semifinales de la Eurocopa 2004 disputado en el estadio del Dragón de Oporto ante cerca de 50.000 espectadores
República Checa, 0: Cech; Grygera, Ujfalusi, Bolf, Jankulovski; Galasek, Poborsky, Rosicky, Nedved (Smicer, m.40); Baros y Koller
Gol: 1-0, m.106+: Dellas
Árbitro: Pierluigi Collina (Italia). Mostró tarjeta a amarilla a los griegos Seitaridis, Charisteas y Karagounis, y a los checos Galasek, Smicer y Baros
Incidencias: Segundo partido de semifinales de la Eurocopa 2004 disputado en el estadio del Dragón de Oporto ante cerca de 50.000 espectadores