No es la primera vez que un servidor de ustedes recurre al testimonio de Bruno Roger-Petit con el fin de ilustrar hasta qué punto el Atleti y el Cholo, el Cholo y el Atleti, tienen pasmada a media Europa y boquiabierta a la otra media. Polémico, pugnaz, apasionado, intenso, reacio a templar gaitas y a morderse la lengua, Bruno Roger-Petit firma en Le Figaro un blog imprescindible para adentrarse en los arcanos de la gigantomaquia futbolera sin abonar peaje a la corrección política ni al pensamiento uniformado por el rodillo de los medios. Él fue quien denunció que el tiqui-taca de Guardiola era antes un somnífero que un virtuoso ensueño. Él fue quien puso en solfa las relaciones dangereuses del Barça con la UEFA. Él fue quien, anteayer, a contrapelo de las redes, celebraba que el dogma que sacraliza el futbol-arte se viera refutado por la reivindicación del futbol-juego.
"¿Hay algo más hermoso que el despliegue coral del Atleti en defensa? ¿Hay algo que haga sombra al centelleo de Antoine Griezmann culminando una contra esculpida en el vértigo?" A preguntas retóricas, respuestas sin rodeos. "Lejos de deshonrar el fútbol -dice Roger-Petit- Simeone y los suyos lo engrandecen. La solidaridad, la abnegación, el sacrificio, el coraje, la determinación, la entrega… Todo lo que le falta el PSG de Blanc el Atleti del Cholo lo lleva grabado a fuego.
Amamos a este equipo porque es fiel a sí mismo, porque transmite unos valores que son también los nuestros, porque ha devuelto a las tareas defensivas el rango y la nobleza que merecen y porque ha conseguido dejar en evidencia a los fundamentalistas de la posesión y a los filósofos pedestres".
Total, que ahí queda eso por si es de su interés y porque nunca estorba olisquear lo que se cuece allende los Pirineos. El Atleti y el Cholo, el Cholo y el Atleti. Media Europa está en vilo, la otra mitad en vela y el verdugo del City es como si no existiera.