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¿Se meten menos goles de falta ahora que hace unos años?

Los goles de falta directa ya no son lo que eran. En la última década se han reducido en las ligas profesionales, ¿por qué ocurre? ¿Se puede revertir?

Cristiano Ronaldo, en su etapa en el Real Madrid, preparado para lanzar un libre directo. | Flickr/CC/RCuerda29

Celebrar un gol en su estadio y ante su gente es algo que ansía todo futbolista... y el que diga que no miente. Pero goles hay de muchas maneras, pueden ser de cabeza, de penalti, en una jugada.... o a balón parado. Pero, ¿cuánto hace que no se ve un gol de falta directa? Hay que reconocer que marcar de falta directa es una de las maneras más difíciles de batir a un portero. El motivo es que hay que superar una barrera y ser capaz de poner un balón quieto en una parte de la portería a la que un guardameta atento y preparado no pueda llegar. Se antoja complicado... pero es cierto que siempre ha habido buenos especialistas, aunque actualmente los goles de libre directo se han convertido en una especie en vías de extinción.

Sin ir más lejos, en lo que llevamos de temporada 2024/2025 tan solo ha habido 5 goles de falta directa, uno del Getafe, uno del Atlético de Madrid, uno del Barcelona, uno de Las Palmas y uno del Real Madrid y, por el momento, no parece que vaya a haber muchos más. Algo que viene a confirmar la teoría de los últimos años, donde se ha observado una disminución en la cantidad de goles marcados de tiro libre directo en comparación con décadas pasadas.

De hecho, en el curso anterior solo anotaron de esta forma Brais Méndez (Real Sociedad), Lewandowski (Barcelona), Florian Lejeune (Rayo), Saúl Coco (Las Palmas), Willian José (Betis), Ferran Torres (Barcelona) y Rubén Alcaráz (Cádiz) y una de las explicaciones más claras es que cada vez se lanza menos de falta y también se acierta menos. Si uno echa la vista atrás podrá observar que los goles de falta se han visto reducidos en LaLiga en las últimas temporadas. Tanto que el dato es demoledor, se han pasado de los 33 de la temporada 2019/20 a los apenas nueve de la 2021/2022 y, actualmente, tan solo llevamos 5 goles de falta directa. Una reducción muy considerable que comenzó a verse en la 2020/21, cuando se redujo más de la mitad, de los 33 citados a 15.

Y la cifra ha seguido bajando, de hecho, la temporada pasada todo quedó en nueve goles. Y la preocupación no es solo que sea la cifra más baja, sino que además se produjo un hecho llamativo: nadie metió más de uno a balón parado. Y solo dos jugadores de los nueve repitieron respecto a la temporada previa: Fekir e Isak. Si bien, hay que destacar que en este último lustro la 2018/19 fue la temporada en la que más jugadores (8) marcaron más de un gol de falta. Y, como seguramente todo el mundo supone, en este quinquenio el equipo que más goles ha hecho de falta ha sido el Barcelona, con 20, todos ellos logrados por Messi. Tras su marcha, el conjunto azulgrana ha tenido que esperar al 2024 para logra un tanto de libre directo.

Pero, ¿por qué se meten menos goles de libre directo? La causa más probable es que se lanzan menos tiros libres directos. Un dato es que en la temporada 2013/14, LaLiga tuvo 536 lanzamientos de falta en Primera División y 10 años después, en la 23/24, casi 200 menos, 335. Pero no solo es eso sino que, en proporción, los goles de libre directo han descendido más: de 25 diez temporadas atrás a ocho en la 23/24.

Posibles factores

Este descenso en la producción de goles de libre directo puede deberse a varios factores. Uno podría ser que ha disminuido el número de especialistas en la Liga española. Uno es Messi, que acaparaba una buena cuota de esos goles, buen ejemplo es que el argentino anotó seis, seis, cinco y tres en sus últimas cuatro temporadas antes de irse a Francia. En total, 20 tantos de los 106 que se anotaron hasta su marcha. Con él en París, la cuota global, que ya había bajado en su última temporada en Barcelona, se redujo sustancialmente.

Otro factor clave en cualquiera de los actuales equipos de Primera División es que se han reducido las faltas que se hacen en el borde del área. Esto puede ser porque los equipos son conscientes de que conceden mucha ventaja al rival si cometen infracciones en las inmediaciones de su área y son más cuidadosos con sus áreas. ¿Quieres números? La prueba es que se han pasado de los 463 lanzamientos en la 2017/18 a los 321 de la 2021/2022. Hablamos de un descenso de 142 lanzamientos, es decir, de un ratio de 1,22 tiros por encuentro a 0,84. Pero no ha sido algo abrupto sino que el descenso ha sido progresivo, salvo la inusual campaña interrumpida por el confinamiento (2019/20), que vio 430 tiros de libre directo (1,13 por partido). La campaña previa fueron 408 (1,07 por choque) y la posterior 349 (0,92).

Si observamos las zonas de lanzamiento de los que acabaron en gol podemos saber del mismo modo dónde se produjeron las faltas, a priori, más peligrosas. Llama la atención, más allá del descenso de goles, la ubicación de las faltas. La pasada temporada se repartieron equitativamente entre una posición central y un poco escoradas a ambos lados. En la 2018/19, por ejemplo, vemos una mayor concentración de goles en posiciones centradas e, incluso, más lejanas.

Los goles de falta que se han producido en estas últimas cinco campañas han tenido diferentes comportamientos en cuanto a la ubicación de los disparos. Muy clínicos fueron los autores de la 2017/18, donde ninguno entró por una ubicación centrada. A los de la 2018/19 les gustó más su lado izquierdo, lo que invita a pensar que fueron más los diestros los que anotaron por su lado natural. Y, justo al contrario sucedió en la 2019/20, una tendencia que se mantuvo en la 2020/21, aunque en esta ocasión, además de menos goles, hubo algún aspecto llamativo: no se encontró la escuadra izquierda ni alrededores.

Otro de los motivos es la evolución de los porteros. Hay que observar simplemente imágenes de porteros actuales y otros de hace algunos años para darse cuenta que hoy en día, son más altos, más ágiles y cuentan con mejores técnicas de entrenamiento. Esto les permite anticipar los disparos y reaccionar con mayor rapidez ante tiros bien colocados. Además, el análisis de datos ha jugado un papel crucial ya que los porteros y entrenadores estudian minuciosamente los patrones de disparo de los principales especialistas en tiros libres, reduciendo las posibilidades de sorpresa.

Por otro lado, las barreras defensivas también se han vuelto más efectivas. En rasgos generales, los equipos han perfeccionado estrategias para limitar la visión y el ángulo del tirador, incluyendo el uso del "hombre acostado" detrás de la barrera, que evita los disparos rasos. Además, el ritmo del juego ha incrementado la importancia de otras estrategias de ataque, como las jugadas colectivas y los centros desde balón parado, relegando los tiros libres directos a un rol menos protagónico.

Y, por supuesto, como último factor pero no menos importante, ya se ha comentado el hecho de que el número de especialistas en tiros libres parece haber disminuido. En el pasado, jugadores como Maradona, Platini o Roberto Carlos destacaban por su habilidad única en esta faceta del juego. Aunque hoy existen jugadores talentosos como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, su número es menor en comparación con épocas anteriores. Esto podría deberse a que el fútbol moderno prioriza la versatilidad sobre la especialización extrema.

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