Final del Mundial de Clubes entre Chelsea y Palmeiras. Penalti a favor del vigente campeón de Europa. César Azpilicueta, capitán español de los blues, coge la pelota y se coloca en el punto de penalti mientras sus rivales le rodean y le empiezan a presionar para que falle el lanzamiento. Hasta aquí todo normal. Un jugador con la responsabilidad del gol y los rivales aumentando su nivel de presión a base de palabras.
Lo que no esperaban los jugadores del Palmeiras es que todos sus intentos de presión quedarían en nada porque lo único que estaba haciendo Azpilicueta era engañarles. El ex de Osasuna cogió la pelota para hacerles creer que él lanzaría cuando Havertz iba a ser el encargado de hacerlo desde el primer momento.
Aquí se puede ver la escena completa:
Look at our captain. Just look at him 😍 pic.twitter.com/PzcdlZ8ZgY
— frankie (@frankiegraulund) February 13, 2022
La idea del jugador español era clara: ellos me presionan a mí y en el último momento cuando ya no pueden hacerlo por orden del árbitro, le doy el balón a mi compañero y que lance él. ¿Resultado? Gol de Havertz, como en la pasada final de la Champions, y título para el Chelsea.