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Fabrice Olinga, la enésima oportunidad para el talento más precoz del fútbol español

Con 16 años y 98 día fue el futbolista más joven en marcar en Primera División. Tras una complicada carrera, acaba de firmar por el Rio Ave portugués.

Con 16 años y 98 día fue el futbolista más joven en marcar en Primera División. Tras una complicada carrera, acaba de firmar por el Rio Ave portugués.
Fabrice Olinga, durante su etapa en el Málaga. | Archivo

La carrera de Fabrice Olinga prometía ser de categoría mundial. Formado en la cantera del Mallorca, a la que llegó en 2008 procedente de Camerún mediante la Fundación Samuel Eto'o, sus actuaciones en el fútbol base bermellón despertaron la curiosidad de todos.

Antes incluso de llegar al primer equipo el Málaga, por aquel entonces viviendo su época más dorada, se hizo con sus servicios en el verano de 2011. Tenía 15 años, pero sabían que se llevaban a un diamante en bruto.

Unas sospechas que parecían confirmarse el 18 de agosto de 2012, cuando con 16 años, tres meses y ocho días Fabrice Olinga se convertía en el futbolista más joven de toda la historia en marcar un tanto en Primera División. Un tanto, además, que le daba la victoria al Málaga en su visita a Balaídos en la primera jornada de la temporada 12-13. El once inicial de Pellegrini contó en aquel encuentro con futbolistas como Isco, Toulalan o Joaquín.

Pero a partir de ese momento, su carrera sólo ha ido cuesta abajo. En aquella misma temporada tan solo jugaría un encuentro más en liga –46 minutos ante el Zaragoza–, y otro más en la fase previa de la Champions. La temporada siguiente parecía que podía ser la de su consolidación en el primer equipo. Arrancó los tres primeros encuentros ligueros como titular, siguió jugando con regularidad durante los dos siguientes meses, alternando titularidades con suplencias… hasta que en diciembre desapareció. Su último encuentro como malaguista fue el 29 de noviembre de 2013 ante el Villarreal. Fabrice Olinga fue titular.

Tenía entonces 17 años. Pero no volvió a vestir la camiseta blanquiazul. En una primera instancia tampoco parecía nada reseñable, habida cuenta de su juventud. Pero sí sorprendió mucho más lo que sucedería una semanas más tarde, en el mercado invernal de fichajes. Fabrice Olinga se marchaba al Apollon Limassol chipriota, que pagó 500.000 euros por su fichaje.

¿Qué hacía un futbolista tan joven, que había tenido una irrupción tan brillante en el fútbol español, y que tenía ante sí un enorme futuro por delante, fichando por un equipo de la liga chipriota?

Seis equipos en año y medio

Probablemente él mismo se hacía la misma pregunta. "Yo no quería irme del Málaga. Nunca habría firmado para irme traspasado. Pero bueno, eso ya es pasado", declararía en una entrevista en Diario Sur. La operación llegó a aparecer en Football Leaks, donde se apuntaba a que todo había sido fruto de la avaricia de su representante.

Lo curioso es que nada más llegar a Limasol, se anunciaba su cesión al Zulte Wagerem belga. Seis meses después regresaba a Chipre. Y seis meses después –y sólo tres partidos jugados– se marchaba a la Sampdoria italiana. Parecía ser un buen destino para arrancar de nuevo tras un mal año, pero su aventura en Italia duró un día. Una nueva cesión, ahora al Viitorul rumano, regreso a Italia, y de nuevo rumbo a Bélgica, al Royal Excel Mouscron. Hasta seis equipos en poco más de año y medio. Una locura.

En el Mouscron, a donde llegó como fichaje y no a préstamo, encontró por fin cierta estabilidad. Aunque nunca ha terminado de demostrar las cualidades que le convertían en uno de los futbolistas más prometedores del fútbol español.

Pero este pasado verano todo se truncó de nuevo. A pesar de su buen papel en el equipo belga -127 partidos disputados en cinco temporadas, y 7 goles anotados- no le llegó ninguna oferta que le permitiera dar el salto deseado. Antes al contrario, el Mouscron decidió no prolongar su contrato, por lo que Olinga se quedó sin equipo.

Así ha pasado los últimos seis meses. Sin un contrato. Esperando una nueva oportunidad. Oportunidad que le ha llegado en este mercado invernal desde Portugal.

Ayer mismo el Rio Ave hacía oficial su incorporación. Olinga ha firmado por una temporada y media. Un Rio Ave que después de años de buenos resultados en el fútbol luso, la temporada pasada descendió a la segunda división. Actualmente es cuarto, con opciones intactas de lograr el ascenso y regresar a la máxima categoría del fútbol portugués.

Ahora, en un año en que se cumplirá una década de su registro –que todavía nadie ha superado–, Fabrice Olinga vuelve a intentarlo. A pesar de todo lo vivido y de los tumbos inexplicables de su carrera, todavía tiene 25 años. Margen suficiente para demostrar aquello que le llevó a ser una de las perlas del futuro del fútbol español.

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