Menú

Agustín Gómez Pagola, el futbolista español que fue agente del KGB

Todo un icono en el fútbol soviético, apodado "el vasco legendario", regresó a España como miembro de los servicios de inteligencia soviéticos.

Todo un icono en el fútbol soviético, apodado "el vasco legendario", regresó a España como miembro de los servicios de inteligencia soviéticos.
Agustín Gómez Pagola, durante el encuentro de prueba con el Atlético de Madrid | Wikipedia | Wikipedia

El 18 de noviembre de 1922 nacía en Rentería, Guipúzcoa, Agustín Gómez Pagola. Desde aquel momento, su destino estaba sellado. Por el fútbol, y la política. Fue, a su manera, una pieza importante en ambos. Siempre marcado por su carácter, más que por sus cualidades, que obviamente tampoco eran escasas. En ambos casos pudo hacer más. En ambos casos pudo hacer menos. Pero en ambos casos se convirtió en un referente. Especialmente en tierras soviéticas, mucho más estimado que en su patria…

Tras una infancia relativamente sencilla, todo cambió, como al resto del país, en la complicada situación política y bélica de la España de los años 30.

A comienzos de 1938, con apenas 15 años, Pagola es enviado, junto a muchos otros niños, a la URSS, para que no se vieran afectados por la Guerra Civil Española. Son los denominados Niños de Rusia. Unas víctimas doblemente afectadas, pues poco después de su llegada tuvieron que sufrir también las consecuencias de la II Guerra Mundial.

Nuestro protagonista recaló en Odesa, ciudad portuaria de la actual Ucrania. Y allí comenzó a practicar un deporte del que se había enamorado durante su infancia en las calles de Rentería: el fútbol. Se inició en el Krásnaya Roza. Y poco después pasaría a formar parte del Krylya Sovetov, un conjunto de mayor enjundia de la ciudad de Samara.

Tras concluir la guerra, el gobierno soviético decide concentrar en Moscú a todos los españoles exiliados hasta ese momento por todo el país. Ahí les ofrecerán trabajo, especialmente en empresas industriales. Y ahí es donde Agustín Gómez Pagola podrá demostrar lo bien que se desenvuelve en el fútbol.

Su equipo será el Torpedo de Moscú, uno de los más grandes del país (y que actualmente juega en el Estadio Eduard Streltsov, de quien ya hemos contado aquí su historia).

En el conjunto relacionado con la industria del automóvil Pagola ganaría dos copas soviéticas, en 1949 y 1952. Jugaba como lateral izquierdo, con un fútbol aguerrido no exento de calidad y de una gran nobleza, que le llevarían a ser en poco tiempo el capitán del equipo, para ser recordado para siempre como el "vasco legendario".

Su calidad le llevó también a ser citado por la selección de fútbol de la URSS. Llegaría incluso a anotar un tanto, ante Hungría. Y Pagola fue llamado para formar parte del equipo que disputaría los Juegos Olímpicos de Helsinki de 1952. Los primeros que disputarían la Unión Soviética. Aunque finalmente el vasco legendario no disputaría ningún minuto.

El regreso a España

En 1956 el Régimen permitió el regreso de algunos exiliados. Y entre ellos estuvo Pagola, que volvió a España con su esposa y con un hermano a bordo del buque Crimea.

Varios fueron los equipos que se interesaron por contar con un futbolista que venía de fuera y que gozaba de cierto prestigio. Entre ellos, el Real Madrid y el Atlético de Madrid.

Fue el conjunto colchonero quien pudo disponer de una prueba con el futbolista. Una prueba que no fue bien. Después de varios meses de inactividad, el lateral zurdo no cuajó una buena actuación en el partido amistoso ante el Fortuna Dusseldorf. El Atlético decidió no hacerle ficha.

Pagola regresó entonces a su Rentería natal, donde comenzó a ejercer de entrenador, especialmente de cantera, compaginado con su trabajo en una empresa de motores eléctricos en San Sebastián.

Pero lo que nadie sabía en aquel entonces en España es que Agustín Gómez Pagola había regresado como agente del KGB. Durante su estancia en la Unión Soviética el futbolista se había afiliado al PCUS, y había sido captado por el gobierno soviético para trabajar en sus servicios de inteligencia.

Convencido comunista, en España trató de impulsar los ideales que había vivido en Moscú. Fue dirigente del Euskadiko Partidu Komunista - el Partido Comunista Vasco – en Guipúzcoa, y formó parte del Partido Comunista Español, llegando a ser miembro del Comité Central. En casa, eran asiduas las reuniones importantes del partido, a las que acudió en más de una ocasión Dolores Ibárruri. Fuera, eran habituales sus viajes por diferentes ciudades europeas con el objetivo de organizar a los comunistas españoles en el exilio.

Una intensa actividad que se detendría en 1960, cuando fue detectado por las autoridades. Es enviado a la cárcel de Carabanchel, detención ante la cual se producen diferentes movimientos nacionales e internacionales, bajo el paraguas del PCUS, que terminan por presionar al Régimen a liberarlo. Marchará a Venezuela, donde sigue trabajando para el KGB en operaciones clandestinas.

El peso de Agustín Gómez Pagola en el seno del PCE fue en aumento, hasta el punto de enfrentarse a Santiago Carrillo. Mientras el primero era abiertamente fiel a los ideales ortodoxos soviéticos, el segundo se acercaba a lo que terminaría por denominarse eurocomunismo.

El último conflicto fue la invasión soviética de Checoslovaquia, ante la que Pagola se muestra a favor de la intervención, mientras que Carillo condenaba la intromisión. El enfrentamiento terminó con la expulsión del exfutbolista del PCE, formando junto a otros militantes el PCE (VIII y IX Congreso).

Agustín Gómez Pagola decidió regresar a Moscú, donde viviría hasta el 16 de noviembre de 1975. Quedaban dos días para que cumpliese 53 años y cuatro para que muriese Francisco Franco. Está enterrado en el cementerio moscovita de Donskoi, y en su lápida puede leerse, en español, "Dirigente comunista"

Temas

En Deportes

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura