Hace pocos días, justo después de las críticas que Luis Suárez sufrió tras el Atlético-Oporto de Champions, me dio por escribir una columna de opinión defendiendo la figura del delantero uruguayo. Pocos días después tampoco estuvo acertado ante el Athletic, pero eso no cambió ni un ápice lo que pienso del charrúa. El titular de esa columna rezaba: "La tierra es plana y Luis Suárez está mal este año". Pues bien, ¿sabe alguien si la tierra sigue siendo redonda? ¿Sabe alguien si Luis Suárez ha parado de marcar goles en Getafe?
¡No se puede dudar de Luis Suárez! Y esto no es cuestión de colores, filias o fobias sino de hechos. La realidad nos está mostrando día sí, día también, que hay una raza de futbolistas de área que siempre parecen estar en peligro de extinción por su edad, pero que nunca terminan de decir adiós. Lo vemos en Manchester con Cristiano Ronaldo. Se pudo ver ayer en San Mamés con Radamel Falcao. Y se vio a la perfección en Getafe con Luis Suárez. Esta gente sobrevive dentro de su hábitat natural a todo tipo de cambios exteriores y a todo tipo de dudas. Cierran los ojos y ven tres palos. Están de vacaciones y como vean una piedra en el suelo la golpean para colarla en algún sitio. Están comiendo y si tienen un trozo de pan en el mantel lo intentan colar entre la copa de vino y el plato. No pueden parar y seguirán teniendo gol incluso a los 90 años. No lo duden. Dales una pelota a esa edad, que apoyados en la muleta o con el taca-taca, que no el tiki taki de Koeman, te la van a colocar mordida cerca del palo del portero.
Ese instinto, el que hace levantarse a Luis Suárez cada mañana, es el que ayer revivió a un Atlético de Madrid que, jugando nuevamente fatal al fútbol, ha ganado peso en la categoría de equipo al que tienes que matar diez veces para sepultarlo del todo. ¿Recuerdan esas escenas en el cine en las que sabes que han disparado al malo, pero dudas en todo momento de si está muerto realmente? Pues así son muchos equipos grandes. Los Michael Myers del fútbol. Los han matado 23 veces y de repente, zasca, tráiler de Halloween 24, el retorno. Pues ayer en Getafe, el Atlético firmó otra nueva entrega de este tipo de películas. Y sí, el que lleva la máscara en este equipo es Luis Suárez.
Aún así, el Atlético de Madrid tiene que empezar a dejar de lado tantas entregas de la misma película. No es necesario ser Michael Myers en cada partido. No es necesario que los primeros 45 minutos de cada entrega sean de presentación y no de acción. Sobre todo porque son sus propios aficionados los que están hartos de tanta película de miedo aunque luego acabe bien. Quieren más a menudo una comedia familiar con goles a balón parado, por ejemplo, o un argumento sencillo de marcador amplio que te permita pasar una tarde tranquila y agradable con los tuyos. En resumen, un partido sin el desfibrilador al lado, el cual lleva justo a la vera de los colchoneros desde el Atlético-Osasuna del pasado mes de mayo.
El equipo de Simeone, que tiene plantilla de sobra para dejar el género de terror, necesita encontrar el equilibrio perfecto entre sus elementos y más allá del sistema, que sigo pensando que ahora mismo no termina de ser decisivo, el Atlético tiene que dejarse de especulaciones. Ayer se pasó de los tres centrales a un cambiante 4-4-2 que tampoco tuvo el efecto deseado. Por eso sigo pensando que no es el sistema el que bloquea al equipo de Simeone sino otros elementos como la ansiedad por mostrar su arsenal ofensivo, la falta de ambición en las primeras partes y también el físico, todavía en pretemporada, de sus mejores hombres.
Aún así, el Atlético no puede vivir de excusas. No puede dar la sensación una y otra vez de esperar a que un estímulo rival le reanime. Este Atlético, de momento, se basa en causa y efecto, es decir, le marcan gol y espabila. En Getafe, 1-0 en contra y segunda parte con la mordiente que no hubo en la primera. Griezmann, más de lo mismo. Espera a ver qué pasa en vez de ir a provocar que algo pase. ¿Por qué? Ve a por el 10 y te quedarás en el 8 o en el 9, pero no esperes a ver lo que pasa. Igual que digo que el Atlético ha ganado peso resucitando como lo hacen los equipos top, también creo que le falta dar un paso más y ese es demostrarle al rival que das miedo desde el minuto 1. Los equipos que aspiran a todo dan miedo 90 minutos, no 45, y este Atlético tira demasiado tiempo a la basura. Por ahora vale y Myers se levanta, pero puedo que algún día no lo haga. Eso sí, mientras la máscara la lleve Suárez...