Desde la temporada pasada, la Premier League adoptó el gesto de hincar rodilla sobre el campo para concienciar sobre la discriminación racial y la injusticia social. Ya es habitual ver a los jugadores con la rodilla sobre el césped antes del pitido inicial de cada partido. Pues bien, el lateral español Marcos Alonso hacía este ritual al igual que todos sus compañeros. Sin embargo, desde el inicio de este curso se limita a señalar el parche de su camiseta donde pone "No al racismo".
El futbolista español del Chelsea ha optado por su propia forma de luchar contra el racismo, pero sigue concienciado con la causa, como aclara en una entrevista para The Guardian: "Prefiero hacerlo de esta manera. Es mi manera de hacerlo. Creo que es otra manera. Y tal vez creo que está perdiendo un poco de fuerza al revés. Así que prefiero hacerlo de esta manera y demostrar que apoyo plenamente la lucha contra el racismo", afirma el lateral.
"Estoy totalmente en contra del racismo y estoy en contra de todo tipo de discriminación. Prefiero poner mi dedo en la insignia donde dice: 'No al racismo', como lo hacen en algunos otros deportes y fútbol en otros países. Prefiero hacerlo de esta manera y, por supuesto, decir muy claramente que estoy en contra del racismo y respeto a todos", alega.
Marcos cuenta que no es algo que haya hablado con sus compañeros: "No hemos hablado de eso. Estamos en el vestuario y somos como una familia. Tengo una muy buena relación con todos. Amo a todos y, hasta ahora, no hemos hablado de eso. No creo que sea necesario pero, por supuesto, si tengo que hablar con alguien, diré lo mismo que acabo de decir y no creo que haya ningún problema. Por ahora, prefiero apuntar a la manga y eso es lo que haré".
Pero el español no es el único futbolista que ha dejado de realizar el gesto. El marfileño del Crystal Palace Wilfried Zaha es otro que se niega a hincar rodilla, ya que considera que se ha convertido en un ritual y que ha perdido fuerza. Además, lo ve como un gesto degradante, ya que sus padres le enseñaron a mantenerse erguido y estar orgulloso de ser de raza negra.