Estaba el ambiente para pocos partidos en el Camp Nou. El duelo por la marcha de Messi aun no ha pasado, se tiene que digerir, se tiene que acostumbrar uno a que ya no va a hablar más en un micrófono sobre el astro argentino en la Liga española, que ya no va a escribir uno sobre las andanzas de Lionel aquí en nuestro país. Y así estaba el público del Camp Nou, trastornado por la marcha, por la desazón que deja su fichaje por el PSG, por el dolor que aún no ha cicatrizado.
Y se presentaba el equipo en el comienzo de la Liga con dudas, pudiendo inscribir a última hora a Depay y Eric gracias al gesto de Piqué, un capitán con mayúsculas. Se mostraba el equipo ante la afición que volvía año y medio después al estadio. Arranca el Barça 21-22 de nuevo notando su aliento y, aunque la sensación de la tarde era de dudas, el equipo respondió con una de las mejores primeras partes de los últimos tiempos.
Se tiene que acoplar este Barcelona a jugar sin uno de los mejores de la historia y eso no es fácil. Te han extirpado de golpe un órgano vital y tienes que revivir. Messi era casi todo en el Barça y ahora no está, Koeman tiene que involucrar a muchos jugadores y las estrellas tienen que dar dos pasos adelante. La columna vertebral está clara. El portero (Ter Stegen cuando se recupere, por el momento Neto), Piqué, De Jong más Pedri, Depay y Griezmann. Sin olvidarnos de Ansu Fati, que será importante si vuelve bien, si vuelve con sensaciones óptimas tras casi un año sin jugar. Esa es una de las incógnitas del año. Por ahí va este curso futbolístico y por ahí llegarán o se irán por el sumidero muchas opciones de título.
Como siempre el acompañante de Piqué tendrá su importancia. Será, lo más seguro Eric que ayer, incluso sin descanso, ya salió a jugar, señal de que Koeman quiere involucrarle en el equipo cuanto antes. Que sea la pareja del gran capitán y que congenien lo más pronto posible. Sobre Busquets girará, todavía, gran parte del juego azulgrana pero este año deberíamos ver la versión total de Frenkie De Jong, el jugador que enamoró a todos en el Ajax y que ya vimos el año pasado.
Serán muy importantes canteranos con buena pinta. Me da que Nico González, el hijo de Fran, el que fuera jugador del gran Deportivo, va a tener sus minutos. Y Demir y, quizá haya hueco para que Collado muestre sus virtudes ya afianzadas en el B. Será el año vital para Riqui Puig que debería mostrar de corrido el talento que tiene. Si no es aquí, en una cesión bien buscada.
La primera parte de ayer ante la Real fue muy buena, como si el Barcelona se quitara un corsé tras la marcha del jugador más laureado de su historia. Parece un sacrilegio decirlo y me alejaré de todas esas afirmaciones. No es que el Barcelona juegue mejor sin Messi, que eso está lejos de la realidad, es que jugar sin Leo hace que aparezcan más otros jugadores. Por ejemplo, Griezmann en estado puro, el jugador que era en el Atlético, recuperador, defensor, con transiciones letales, con peligro y con asistencias a sus compañeros. Se vislumbra una temporada que debe ser colosal para el francés. Por obligación y por calidad debe ser así. Algo alejado a eso será una decepción.
Estuvo bien Depay demostrando que este es un buen equipo para su tipo de juego, para continuar haciendo su carrera demostrando todas sus cualidades. Es un jugador que domina todas las posiciones en la delantera. Ayer delantero centro casi todo el rato pero también juega bien en bandas, polivalente. Hacía tiempo que se había acostumbrado a la comodidad de jugar en Lyon sin exigencia plena. Le vendrá bien volver a la élite que nunca abandonó del todo y que apareció en pequeñas dosis con el United pero que tenía un poco olvidada.
La segunda parte estuvo controlada y el Barcelona dominaba por un claro 3-0 pero le sobraron los minutos finales, donde el equipo estuvo desconcertado. Ahí es cuando hay que ver a este Barcelona, sin un arma letal como Messi, sufriendo en minutos en los que tendrá que sufrir. Cuando no tenga balón más que cuando lo tenga. Ahí es cuando hay que valorar la madurez de este proyecto. La Real le quitó el protagonismo durante quince minutos y el Barcelona lo pasó mal. Tanto que en dos zarpazos el equipo donostiarra le puso las cosas caras. Un 3-2 que solventó Griezmann con un contragolpe brutal, metiendo el pase ideal para que Braithwaite le sirviera a Sergi Roberto la sentencia. Buen partido del danés con dos goles y una asistencia. Hay ganas de ver su rol exacto durante la temporada. Dependerá de él y del estado de forma del Kun Aguero.
Con esa contra furibunda respiró el Barcelona, respiró todo el Camp Nou. Con lágrimas todavía, con el dolor presente, con el luto impregnado, sabiendo a qué sabe la Liga sin Messi. Y sabe a sufrimiento, a trabajo diario, a partidos buenos y menos buenos. En mayo sabremos cómo acaba esto pero el cuento no ha empezado mal.