El Villarreal se quedó a las puertas de llevarse la Supercopa de Europa tras caer este miércoles ante el Chelsea en la tanda de penaltis (6-5), después de un 1-1 en los 120 minutos reglamentarios, de la final celebrada en el Estadio de Windsor Park (Belfast), derrotado con la cabeza aunque las sensaciones del Villarreal son muy buenas pese al vistoso cansancio.
El submarino amarillo reaccionó tras el descanso, donde logró el empate de Gerard Moreno tras el 1-0 de Ziyech y dominó a los de Londres en toda la segunda parte. Les faltó acierto a los de Emery para llevarse el segundo título de su historia en un par de meses y tras una prórroga donde mejoró el Chelsea, la tanda de penaltis se cerró con una parada de Kepa al capitán del Villarreal Raúl Albiol.
Los de Unai Emery notaron la ausencia de Parejo y sufrieron sin balón, aunque salvaron bien ese primer acto hasta una mala salida de balón que les costó el 1-0. Marcos Alonso generó mucho peligro por la banda izquierda y vio el desmarque de Havertz, quien puso el centro del gol, Werner no llegó a rematar pero si lo hizo Ziyech, que con un tiro mordido batió a Asenjo.
Kanté tuvo otra en una recuperación, pero tras encajar reaccionó como un campeón de Europa con dos balones al poste de Alberto y Gerard Moreno. Antes del descanso y en la reanudación fueron los avisos españoles, pero la segunda parte se quedó amarilla hasta el final. El delantero internacional español dio un recital de juego para su equipo y acabó exhausto.
En una buena combinación con el fichaje Boulaye Dia llegó el merecido 1-1. Tuchel reaccionó rápido e hizo un triple cambio que podía asustar, con Mount y Jorginho, pero el Villarreal siguió siendo mejor. Ni una ocasión tuvo el Chelsea en el segundo tiempo, aunque en la prórroga cambiaron los papeles.
Segundo capitulo del Villarreal en una tanda de penaltis tras la victoria ante el Manchester United en la final de la Europa League, pero esta vez el resultado fue distinto. El portero vasco Kepa Arrizabalaga entró para la tanda y la jugada salió bien, detuvo dos lanzamientos, uno a Mandi y el definitivo a Albiol. El Villarreal no aprovechó la ocasión de ser supercampeón, pero puede estar satisfecho porque tras esta actuación queda claro que el submarino amarillo está de vuelta.