Sorpresa y revolución en el último entrenamiento de la selección previo al decisivo partido ante Eslovaquia (miércoles 18:00h).
Luis Enrique prepara numerosos cambios en el once para refrescar un equipo que en el último duelo ante Polonia destapó sus vergüenzas. El técnico asturiano retocaría todas las líneas, exceptuando la portería donde Unai Simón es fijo.
En defensa entrarían Azpilicueta y Gayá en los laterales y Eric García en el centro de la zaga por Pau Torres.
En el centro del campo la principal novedad es la entrada de Busquets una vez superado el coronavirus. También entraría Thiago. Rodri y Koke serían los sacrificados. Pedri sería el único que repetiría. Sorprende que Marcos Llorente no adelante su posición para jugar en la sala de máquinas, donde esta temporada se ha destapado como uno de los mejores centrocampistas no solo de nuestra liga, sino también de toda Europa.
Arriba, Luis Enrique mantendría su apuesta por Gerard Moreno y Morata, pero renunciará a uno de sus extremos puros como Ferran y Olmo para dar entrada a Sarabia, que hasta ahora está teniendo el papel de agitador.
Una revolución en toda regla que busca la reacción necesaria de un equipo que no puede permitirse fallar ante Eslovaquia —una derrota nos deja fuera seguro y un empate hace que dependamos de que Polonia no le gane a Suecia—.