Antoine Griezmann evita el caos frente a Hungría que les puso contra las cuerdas. El empate deja más que abierto el grupo de la muerte. Hungría no defraudó a los 55.000 espectadores húngaros que acudieron al estadio y crearon un ambiente infernal durante los 90 minutos. Logró sacar petróleo en el primer tiempo, en el que supo aguantar el empuje francés, y en una jugada aislada en el minuto 45 se puso por delante con un gol de Fiola.
En la primera mitad Francia puso haber marcado más de uno, más de dos y más de tres, pero un espeso Benzema y un Griezmann alejado del área no conseguían convertir esas ocasioanes en goles. El conjunto francés dio un paso más en la segunda parte pero no lograba introducirse entre la defensa húngara. Los de Deschamps ganaron verticalidad con la entrada de Ousmane Dembélé, que fabricó dos jugadas magníficas estrellando una de ellas en el palo.
Así, Hungría se agarra como puede al sueño de los octavos y Francia se jugará la permanencia en el torneo probablemente con Portugal.