Zinedine Zidane desvela los motivos de su adiós al Real Madrid, donde ha estado dos etapas como entrenador (enero de 2016-mayo de 2018 y marzo de 2019-mayo de 2021). Su salida se hizo oficial el pasado jueves, sin explicaciones por su parte de los motivos por los que ha dejado por segunda vez el banquillo del conjunto blanco, donde ha conquistado once títulos, entre ellos tres Champions consecutivas entre 2016 y 2018.
Mientras el club trabaja en la contratación de un nuevo entrenador —ahora mismo los nombres que más suenan son los de Raúl González, Antonio Conte y Mauricio Pochettino—, el francés se sincera en una carta abierta dirigida a la afición que publica este lunes el diario As. Zidane se muestra duro con el club y con el presidente Florentino Pérez, al que reitera que le debe mucho, pero cuya relación se ha deteriorado bastante en los últimos meses.
Se confirma por tanto la información publicada por Libertad Digital el pasado jueves, con la firma de Sergio Valentín, donde se aseguraba que el técnico galo no se ha sentido respaldado por el club y que se marcha "cansado y enfadado".
Ahora Zidane lo explica todo en esta carta abierta y que, por su interés, reproducimos de forma íntegra a continuación:
"Queridos madridistas,
Desde hace veinte años, desde el primer día en el que pisé la ciudad de Madrid y me vestí con la camiseta blanca me habéis dado vuestro cariño. Siempre he sentido que había algo muy especial entre nosotros. He tenido el gran honor de ser jugador y entrenador del club más importante de la historia, pero ante todo soy un madridista más. Por todo ello quería escribiros esta carta para despedirme de vosotros y explicaros mi decisión de dejar el banquillo.
Cuando en marzo del 2019 acepté volver a entrenar al Madrid después de un descanso de unos ocho meses fue porque el presidente Florentino Pérez me lo pidió, por supuesto, pero también porque vosotros me lo decíais cada día. Cuando me encontraba a uno de vosotros por la calle sentía el apoyo y el deseo de verme otra vez con el equipo. Porque comparto los valores del madridismo, este club que pertenece a sus socios, a sus aficionados, al mundo entero. He intentado transmitir yo también estos valores en todo lo que he hecho, he intentado ser un ejemplo. Pasar veinte años en el Madrid ha sido la cosa más bella que me haya pasado en la vida y sé que se lo debo exclusivamente a Florentino Pérez que apostó por mí en el 2001, que peleó por mí, para hacerme venir cuando había cierta gente que estaba en contra. Lo digo de corazón, siempre le estaré agradecido al presi por ello. Siempre.
Ahora he decidido marcharme y quiero explicaros bien las razones. Me voy, pero no me tiro del barco y no estoy cansado de entrenar. En mayo del 2018 me fui porque después de dos años y medio con tantas victorias y tantos trofeos sentía que el equipo necesitaba un nuevo discurso para mantenerse en lo más alto. Hoy las cosas son diferentes. Me voy porque siento que el club ya no me da la confianza que necesito, no me ofrece el apoyo para construir algo a medio o largo plazo. Conozco el fútbol y conozco la exigencia de un club como el Madrid, sé que cuando no ganas te tienes que ir. Pero aquí se ha olvidado una cosa muy importante, se ha olvidado todo lo que he construido en el día a día, lo que he aportado en la relación con los jugadores, con las ciento cincuenta personas que trabajan con y alrededor del equipo. Soy un ganador nato y estaba aquí para conquistar trofeos, pero más allá de esto están los seres humanos, las emociones, la vida y tengo la sensación de que estas cosas no han sido valoradas, de que no se ha entendido que así también se mantiene la dinámica de un gran club. Incluso, de cierta forma, se me ha reprochado.
Quiero que se respete lo que hemos hecho entre todos. Me hubiera gustado que en los últimos meses mi relación con el club y con el presidente hubiera sido un poquito diferente a la de otros entrenadores. No pedía privilegios, por supuesto que no, sino un poco más de memoria. Hoy la vida de un técnico en el banquillo de un gran club es de dos temporadas, no mucho más. Para que dure más tiempo las relaciones humanas son esenciales, son más importantes que el dinero, más importantes que la fama, más importantes que todo. Hay que cuidarlas. Por eso me dolía muchísimo cuando leía en la prensa, después de una derrota, que me iban a echar si no ganaba el siguiente partido. Me dolía a mí y a todo el equipo porque estos mensajes filtrados intencionalmente a los medios de comunicación creaban interferencias negativas con la plantilla, creaban dudas y malentendidos. Menos mal que tenía a unos chicos maravillosos que estaban a muerte conmigo. Cuando la cosa se ponía fea me salvaban con grandiosas victorias. Porque creían en mí y sabían que creía en ellos. Por supuesto que no soy el mejor entrenador del mundo, pero soy capaz de dar la fuerza y la confianza que necesita cada uno en su trabajo, sea jugador, miembro del cuerpo técnico o cualquier empleado. Sé perfectamente lo que necesita un equipo. A lo largo de estos veinte años en el Madrid he aprendido que vosotros, los aficionados, queréis ganar, claro que sí, pero que ante todo queréis que lo demos todo, el entrenador, el staff, los trabajadores y por supuesto los futbolistas. Y puedo asegurar que hemos dado el 100% de nosotros mismos por el club.
También aprovecho esta carta para lanzar un mensaje a los periodistas. He hecho centenares de ruedas de prensa y por desgracia hemos hablado muy poco de fútbol y sé que vosotros también amáis al fútbol, este deporte que nos une. Sin embargo, sin pretender criticaros o daros lecciones, me hubiera gustado que las preguntas no fueran siempre dirigidas hacia la polémica, que hubiéramos charlado más a menudo de la pelota y ante todo de los jugadores, que son y siempre serán los más importantes de este juego. No olvidemos el fútbol, cuidemos el fútbol.
Queridos madridistas, siempre seré uno de vosotros.