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Real Mallorca: decálogo de un ascenso trabajado y merecido

Desgranamos algunas de las claves que han llevado al RCD Mallorca a regresar a LaLiga Santander apenas diez meses después de descender.

Desgranamos algunas de las claves que han llevado al RCD Mallorca a regresar a LaLiga Santander apenas diez meses después de descender.
Fomontaje de la plantilla del Real Mallorca celebrando el ascenso a Primera División. | Página web oficial del RCD Mallorca

El Real Mallorca ha conseguido un nuevo ascenso a Primera División. Instalado en la zona alta de la clasificación durante toda la temporada, la derrota del Almería anoche ante el Cartagena ha certificado el éxito de los de Luis García Plaza aún con tres partidos por disputar. Será el sexto cambio de categoría en seis temporadas, después de tocar fondo en 2017 con el descenso a la Segunda División B.

En Libertad Digital desgranamos algunas de las claves que han llevado al equipo bermellón a regresar a LaLiga Santander apenas 10 meses después de descender.

Luis García Plaza

Quizá muchos piensen que su presencia no debe estar en el primer lugar de esta lista. Muchos, como yo, pensarán que sí. De lo que no hay duda es de que su figura ha sido clave para el buen funcionamiento del equipo –y no sólo deportivo-, y que ha terminado dando este significativo ascenso.

Su misión no era sencilla: hacer olvidar a Vicente Moreno, el entrenador que había llevado al equipo del pozo de la Segunda B a la Primera División en dos temporadas, que había hecho recuperar la ilusión a la afición, y que decidió no continuar este verano en el club tras el descenso a Segunda. Y lo cierto es que el madrileño no lo ha podido hacer mejor. Desde el primer momento ha mantenido al equipo –al completo, no sólo a los titulares- enchufado; ha desplegado por momentos un juego que ya no se recordaba en la isla; y con su naturalidad y transparencia se ha ganado desde el primer minuto a jugadores y afición.

No hay que pasar por alto que este Mallorca de Luis García Plaza ha logrado encadenar 18 partidos sin perder; 13 jornadas siendo líder de la categoría, y no ha salido de los puestos de ascenso directo desde la jornada 11. Su papel, su rol, lo explica perfectamente Elena García en Diario de Mallorca.

Al final, ambos, Luis García Plaza y Vicente Moreno, estarán la próxima temporada en el lugar que le corresponde: la Primera División.

Familia

Suele decirse que un vestuario unido es la clave de todos los éxitos. Y suele ser cierto. Pero en pocas ocasiones ha sido de manera tan manifiesta como en este Mallorca. Anoche, durante el especial de IB3 Televisió sobre el ascenso, en un momento de la celebración de la plantilla la cámara se fue a Valjent y Dani Rodríguez. No podían contener las lágrimas. Y explicaron al periodista de la televisión autonómica de Baleares el motivo: en el momento más complicado del confinamiento, Dani Rodríguez ofreció su casa a Martin Valjent, que estaba entonces viviendo sólo el encierro. El central eslovaco pudo convivir esos duros días con la familia del futbolista gallego, y no en solitario. Ayer se lo agradeció nada más lograr el ascenso, y las lágrimas en ambos futbolistas –capitales en el proyecto, por cierto- florecieron.

Es sólo un ejemplo más de la tremenda unidad que ha mostrado siempre el equipo. Como en el abrazo de toda la plantilla con el míster el domingo pasado después de una semana muy delicada por asuntos extradeportivos para Luis García Plaza. Y podríamos continuar con los ejemplos, que son innumerables. Pero hay que hablar de otros rasgos en el artículo…

Continuidad…

Otra vez Valjent, otra vez a IB3, dio la clave: "en el primer entrenamiento después de bajar a Segunda nos miramos a la cara y dijimos que íbamos a seguir todos aquí, y que íbamos a conseguir el ascenso". Y así ha sido. Había jugadores como Raíllo, Baba, Dani Rodríguez, Lago Junior o el propio Valjent que podrían haber continuado en Primera tras el descenso del Mallorca. Pero continuaron en el equipo. Sólo habría que exceptuar a Ante Budimir –al que, por cierto, la jugada le ha salido redonda-, y a los cedidos, claro, como Kubo o Cucho.

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Pero todos los demás siguieron, dando lugar a una de las mejores plantilla de Segunda División, con 7-8 titulares habituales que lo habían sido también en Primera.

…y compromiso

Claro que de nada sirve eso si no hay compromiso por parte de estos futbolistas. Hemos visto varios ejemplos de enormes plantillas en Segunda División que no han optado ni tan siquiera al playoff. Sucedió, sin ir más lejos, en el Mallorca 2013-2014: un equipo formado por futbolistas que habían acumulado años de éxitos en primera, como Aouate, Nunes, Martí, Pereira, Víctor o Hemed, a los que se unirían jóvenes talentos como Marco Asensio, Gerard Moreno o Thomas Partey. El equipo no supo o no pudo adaptarse a la categoría, y de hecho no estuvo ni una única jornada en posiciones de playoff de ascenso. Y es que no bastaba con esa continuidad; había que refrendarla con el compromiso del objetivo, de saber y querer jugar en Segunda después de hacerlo en Primera; y éste equipo así lo ha hecho desde la jornada 1 hasta lograr ayer el ascenso.

El bloque

Quizá todo ello, ese compromiso, esa adaptación a la categoría, ese cambio de objetivos… haya sido más sencillo teniendo en cuenta que buena parte del equipo formaba el bloque del Mallorca cuando se compitió en Segunda B. De aquella plantilla que jugó en la tercera categoría del fútbol español hace cuatro temporadas, hay hasta 7 futbolistas que han sido habitualmente titulares durante esta temporada. Futbolistas que conocen lo que es sufrir, el sabor del ascenso pero también del descenso, que hay que dar el máximo para sacar un punto en según qué circunstancias; en definitiva, que el esfuerzo no se negocia. Y a ellos se han ido añadiendo en estas temporadas piezas con la misma mentalidad.

Acierto en el mercado

Amath ha sido, probablemente, el jugador más determinante del equipo en la fase ofensiva. Íñigo Ruiz de Galarreta –al menos en la opinión de quien esto firma- ha sido el futbolista que mayor nivel ha mostrado de toda la plantilla; lástima de la lesión allá por febrero que le ha obligado a terminar la temporada de manera renqueante; Antonio Sánchez –regresaba tras cesión- ha sido de los más regular del equipo; los Bryan han mejorado un carril que era necesidad imperiosa mejorar… No hay duda de que, a la continuidad y compromiso de un bloque que ya se sabía era capaz de conseguir cualquier objetivo, se ha sabido también dar con las teclas necesarias para terminar de apuntalar un equipo que, no olvidemos, llegó a acumular hasta 18 partidos sin perder.

Fortuna

El ganador de una liga lo es porque ha sido más regular que los demás. Lo mismo se podría aplicar a un ascenso. Nadie consigue esos objetivos por suerte. Pero no es menos cierto que en ocasiones un golpe de fortuna puede ayudar a romper con una dinámica, o a mantener la moral alta. Esta faceta la ha tenido de su lado el Mallorca durante toda la temporada –exceptuando, quizá, los 3 partidos ante el Fuenlabrada-. Partidos en los que se pudo encajar y no se hizo por errores del rival o por los postes; choques en los que no se vio la mejor versión del equipo pero en los que se terminó llevando los 3 puntos por acciones aisladas...

En esta faceta incluiría el VAR esta temporada. El año pasado todas las jugadas dudosas caían en contra del Mallorca. En este, ha sucedido lo contrario. Ojo, el VAR no regala nada; no es cuestión de fortuna. A no ser que sea el árbitro Mateu Lahoz, el VAR está para hacer justicia. Pero lo cierto es que durante toda la temporada las jugadas en las que el VAR ha debido intervenir han terminado cayendo en su mayoría del lado mallorquinista.

En esta faceta, por el contrario, no incluyo un pensamiento que se ha instalado en las últimas semanas de que se ha logrado el ascenso directo a falta de tres jornadas por los pinchazos del Almería. No es cierto. Quizá debería mirarse al contrario: lo que no era normal es que Espanyol, Mallorca y Almería mantuvieran unas prestaciones tan altas durante toda la temporada, hasta el punto de convertir esta campaña en la más cara de la historia en Segunda División. Mallorca y Espanyol han sabido resistir con guarismos increíbles; el Almería no. Pero en condiciones normales, Mallorca y Espanyol habrían ascendido mucho antes; o el Almería estaría ahora mismo en puestos de ascenso directo.

Grandes citas

Pero en realidad, más que la eventual fortuna, lo que ha sido determinante ha sido el papel del equipo en las grandes noches. En aquellos partidos que se consideraban vitales. De seis puntos. Quizá la primera gran victoria se consiguió en Almería. Un rival que estaba llamado a dominar la categoría, y al que se le venció en su feudo (0-1) gracias a un inolvidable gol de Abdón Prats de chilena. El Mallorca ha ganado en Girona; ha ganado en Vallecas; ha ganado en Leganés… equipos todos ellos en puestos de playoff. Aunque quizá el más importante de todos ellos fue la victoria lograda en Mallorca ante el Leganés (1-0), cuando peor estaba el conjunto de Luis García Plaza –un punto de nueve, la peor racha de la temporada-, y el conjunto pepinero llegaba en un gran momento de forma, y con grandes aspiraciones a asaltar los puestos de ascenso directo.

Comunicación

En un año muy complicado para la afición, en el que por fuerza mayor se ha debido separar del estadio y de sus futbolistas, el magnífico trabajo del equipo de comunicación del RCD Mallorca ha logrado que, por increíble que parezca, afición y jugadores estén tremendamente unidos. El guanyar fa riure, que decimos en mallorquín; eso es indudable. Pero no lo es menos que desde el departamento de comunicación del club, ya sea mediante directos desde vestuarios, concentraciones y celebraciones –usando de manera magistral todas las herramientas que el mundo moderno ha puesto a disposición de todos-; ya sea mediante sus originales -y generadores de vinculación- vídeos de renovaciones o fichajes; ya sea mediante su continua información de la actualidad del club y de sus integrantes se ha logrado esa unión entre equipo y afición que sin ellos hubiera sido imposible.

Paz institucional

Esta faceta no es nueva de esta temporada, sino prácticamente desde la llegada de Robert Sarver, Andy Kohlberg y compañía al club. Su estabilidad es la que ha propiciado el ascenso del Mallorca de la Segunda B a Primera. Pero había dudas sobre cómo gestionaría la propiedad el descenso a Segunda de la pasada temporada. Dudas que se despejaron casi de inmediato. Y a su favor. La llegada de Pablo Ortells a la dirección deportiva contribuyó a esa estabilidad, y permitió el lujo de acertar a la primera en la planificación. Empezando por la elección del entrenador. Por la elección de Luis García Plaza.

Y de este modo se cierra el círculo de las grandes características que han llevado al Mallorca a conseguir un ascenso muy trabajado y muy merecido. A regresar a la Primera División del fútbol español tan solo 10 meses después. Y por la puerta grande.

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