Colabora

Los cinco grandes templos del deporte silenciados por el coronavirus

Fútbol, tenis, baloncesto, Fórmula 1 y Motos. Los cinco grandes deportes para los españoles y sus templos silenciados.

Madison Square Garden. | Cordon Press

La pandemia por el coronavirus ha roto la normalidad de todos los sectores de la sociedad y como no es un hecho que también ha afectado al mundo del deporte. En Libertad Digital hemos seleccionado los cinco deportes más seguidos por los españoles para elegir, dentro de sus grandes escenarios, sus templos más emblemáticos.

Fórmula 1 / Spa- Francorchamps: El rey de la velocidad y la historia (Lucía Prieto)

Con el permiso de Monza y de Silverstone, el circuito belga de Spa Francorchamps es mi elegido para encabezar la lista de templos de la F1. Son muchas las razones que arman esta elección, estuvo en el primero calendario de la F1, allá por 1950, se trata de uno de los circuitos más rápidos, se superan en varios puntos los 300 km/h, también más largo, y eso que ha ido menguando con la historia, y de mayor desnivel, hasta cien metros de un lugar a otro del trazado.

Spa es historia de la Fórmula1 y tiene en su diseño dos de las curvas más míticas de este deporte, todo un reto para cualquier piloto y que son en sí mismas pura historia. Eua Rouge y Raidillon han atemorizado o enamorado, casi por igual a los pilotos, dos curva en donde se alcanzan los 4 G y que los pilotos deben hacer a fondo a más de 300 km/h. Aunque esto no siempre fue así, Ayrton Senna, un enamorado del circuito de las Ardenas, aseguró un día que: "El día que pase Eau Rouge con el pedal a fondo habrá dejado de apasionarme la F1". Qué pensaría el brasileño al ver a los monoplazas actuales sin rozar si quiera el freno, si lo que se quiere es cruzar la línea de meta con un buen tiempo.

En Eua Rouge y Raidillon vemos bailar a los monoplazas, primero en subida y luego en descenso, a derechas y a izquierdas, todo un reto que hace grande a este circuito de alta baja carga aerodinámica pero que deja bastante libertad de configuración a los equipos para alcanzar el mejor crono. Un templo de la velocidad que ha dominado Ferrari por delante de McLaren y que merece este reconocimiento de mejor circuito de la F1.

Motos / El circuito de Jerez: El alma de las motos (Lucía Prieto)

Si hay algún circuito que ha notado como ninguno el silencio en las gradas durante esta pandemia, y la falta de color en la pelouse, ese es el circuito gaditano de Jerez de la Frontera. El gran premio de Jerez, conocido así por todos los aficionados, trasciende del circuito, se traslada a las acampadas de los alrededores, se huele en el Puerto de Santa María durante la noche previa a la carrera y todo ello se siente cuando se apaga el semáforo en rojo el domingo.

Quizás no sea el trazado más completo, pero es una auténtica catedral del motociclismo por su historia y por la afición llegada de todas las partes del mundo como si fuera su casa, ese lugar de peregrinaje al que hay que ir, al menos una vez en la vida, si eres motero o aficionado a las motos. Son poco menos de cuatro Kilómetros y medio, 26 curvas y una velocidad media de las más bajas del calendario, poco más de 161 km/h, debido a la técnica que requieren cada uno de sus virajes, lo que hace que sólo los mejores ganen en esta catedral de las motos. Quien más veces lo ha hecho es Valentino Rossi, que además es el único que ha ganado aquí en las tres categorías aunque son los pilotos españoles, nuestros mejores pilotos, con los que se puede recorrer cada metro del circuito.

De hecho si repasamos sus curvas encontramos a Sito Pons que da nombre a la curva 5, Dani Pedrosa a la 6, la mítica Dry Sack, Jorge Martínez ‘Aspar’ es el dueño de la curva 8 y Ángel Nieto, de la 9. Además, el piloto local Antonio Sánchez Garrido, Peluqui, recibe su homenaje en la curva 10, mientras la 11 es de Álex Crivillé y la 13 se dedica a Jorge Lorenzo.

Pero si un nombre destaca sobre los demás es nuestro gran 12+ 1, nuestro Angel Nieto que actualmente da nombre al trazado andaluz. El hoy desaparecido Ángel Nieto ganó allí el Trofeo de la Merced desde 1967 y hasta 1981, antes de que Jerez formara parte del calendario del Mundial. Quizás sea por estp que fue el primer circuito que le dedicó una curva en 1987. Pura historia de nuestras vidas y de la vidas de todos y cada uno de los aficionados a las motos.

Baloncesto / Madison Square Garden (José Manuel Puertas)

Aunque en Europa existen otros lugares con una magia especial y una enorme historia a sus espaldas, como la Sala Pionir de Belgrado, La Mano de Elías en Tel-Aviv o, en Atenas, el pabellón de La Paz y la Amistad -coloquialmente conocido como "el pabellón de las dos mentiras", pues allí no se da ninguna de las dos cualidades que lleva su nombre- y, en tiempos más modernos, la colosal Sala OAKA, el centro neurálgico por excelencia en el mundo de la canasta no puede ser otro que el Madison Square Garden. Otros recintos estadounidenses, como el Boston Garden, la antigua casa de los Celtics o el Forum de Inglewood, el pabellón que dejaron atrás los Lakers para mudarse al Staples Center, deben también ser considerados, pero, en honor a la verdad, ninguno puede ponerse a la altura de lo vivido en el edificio neoyorkino.

Simplemente su ubicación ya quita el hipo, al encontrarse en la confluencia entre la séptima y la octava avenida, en pleno corazón de La Gran Manzana. 'El Garden', como es popularmente conocido, debe su nombre a su lugar original, pues en 1879 se levantó el pabellón original en la plaza Madison. De hecho, el actual es el cuarto con el mismo nombre y funciona desde el 11 de febrero de 1968. Bien es cierto que pronto dejó de ser talismán para el equipo que es su signo de distinción. Y es que los New York Knicks son, en el baloncesto moderno, una franquicia maldita. El equipo entonces liderado por Walt Frazier se llevó los títulos de 1970 y 1973 en los albores del nuevo Garden, pero desde entonces no ha vuelto a ganar ningún anillo y tan solo ha sido capaz de volver a jugar las finales de 1994 y 1999, con Pat Ewing como estandarte. Un bagaje muy pobre para uno de los equipos deportivos con mayor potencial del mundo.

Y es que, por razones obvias, el Madison es un poco 'La Meca' del baloncesto: el lugar al que todo aficionado debe ir al menos una vez en la vida. Su ubicación en una de las metrópolis más pobladas y visitadas del planeta, y sus apenas 6 horas de diferencia horaria con Madrid y otras grandes urbes europeas lo hacen el destino ideal para quien quiere ver un partido de NBA, por muchos tumbos que den los Knicks. Siempre fue un lugar predilecto para exhibiciones de grandes estrellas de la liga, como Michael Jordan o Kobe Bryant, conscientes de que su rendimiento en el MSG se miraría con lupa.

Además, en el Madison no solo juegan los Knicks. Lo hacen también los Rangers de la NHL, las Liberty de la WNBA, o la Universidad de Saint John´s de la NCAA. El añejo recinto, que tiene la particularidad de que la cancha de baloncesto se encuentra en su quinta planta, es sede también de muchos otros torneos referentes de baloncesto colegial. Allí han cantado Elvis Presley, Michael Jackson o George Michael y se han celebrado enormes combates de boxeo -aunque a Mike Tyson nadie le conoce como 'El terror del Garden' fuera de España, por cierto- y de la WWE. En 2016, pese a tener casi 50 años de edad, siguió siendo el segundo pabellón con más entradas vendidas en el mundo para sus diferentes espectáculos, solo superado por el flamante O2 Arena de Londres. Pero, por encima de todo, 'El Garden' es la casa de los New York Knicks, un equipo gafado -y que ha tomado muy malas decisiones- en las últimas décadas pero al que todo el mundo tiene, en el fondo, un cariño especial. Aunque solo sea por jugar en el lugar con más magia del universo baloncesto.

Tenis / Wimbledon (David Vinuesa)

Sin ninguna duda, el templo del mundo del tenis es la pista central de Wimbledon en el All England Lawn Tennis and Croquet Club de Londres. Las mejores raquetas, masculinas y femeninas, han derrochado calidad sobre su hierba centenaria y cualquier tenista te reconocerá que el silencio que se escucha en esa pista no es comparable al de otros lugares. Roger Federer, William Renshaw, Pete Sampras, Bjorn Borg, Rafa Nadal, Manolo Santana, Boris Becker, John McEnroe, Martina Navratilova, Helen Wills, Steffi Graf, Serena y Venus Williams, Suzanne Lenglen, Conchita Martínez… todos y todas son solo un ejemplo de la maestría que ha jugado sobre el verde londinense en la superficie más compleja y complicada del mundo del tenis.

Ganar Wimbledon es dominar la rapidez de una pelota endiablada mientras tus rodillas y tu cuerpo sufren buscando casi en el suelo la manera de devolver esa pelota que al tocar la hierba sale disparada a una altura que no todo el mundo es capaz de controlar. Allí se han visto a los mejores sacadores y también a los mejores voleadores de la historia. En esa pista central, verde e impoluta el primer día y llena de calvas en la final por las idas y venidas de los tenistas, Rafa Nadal y Roger Federer jugaron el mejor partido de la historia del tenis en la final ganada por el español en 2008.

Allí Borg y McEnroe vivieron un duelo generacional que incluso ha sido adaptado al cine. También allí Navratilova impuso su ley en duelos legendarios ante Chris Evert, pero acabó dando un paso al costado cuando el huracán Steffi Graf devoró la hierba de Wimbledon ante jugadoras como Gabriela Sabatini y nuestra Arantxa Sánchez Vicario. Y como no, el All England Club guarda un lugar especial para el pionero Manolo Santana y para nuestras heroínas Conchita Martínez y Garbiñe Muguruza. ¿Quiénes son los mejores en este templo? Con 9 títulos Martina Navratilova y con 8 Roger Federer. Casi nada.

Wimbledon es cuna de campeones y también de tradiciones. En este templo los jugadores, jueces y recogepelotas solo pueden ir de blanco, conseguir entradas es casi una misión imposible y si quieres comer algo entre partido y partido tienes que saborear sus famosas fresas con nata. La Colina de Henman, la puntualidad británica, el día de arranque del torneo… Todo ello convierten a Wimbledon en el templo del tenis.

Fútbol / Wembley (Dani Blanco)

Considerada la catedral del fútbol europeo, el estadio de Wembley emerge como un gigante a las afueras de la ciudad de Londres. La sede de la selección inglesa, el estadio nacional que ha visto los éxitos de la selección de los tres leones. Inglaterra ganó allí su Mundial en 1966 y el Manchester United la Copa de Europa dos años después.

Inaugurado en 1923 y víctima del paso del tiempo, el estadio acometió una gran remodelación y fue levantado en los mismos terrenos del antiguo. En 2002 se vivió el último partido en el viejo Wembley y cuatro años después el primero de una nueva era. El hogar de la selección era otro a partir de ese momento, pero con la misma sensación de fútbol, de pasión, de nostalgia.

Buenos recuerdos para el Barcelona. Allí ganó el equipo azulgrana dos de sus Copas de Europa y el mítico estadio ha sido escenario de gestas inolvidables. Wembley huele a fútbol como la mayoría de estadios ingleses. Old Trafford o Anfield son grandes escenarios, tan históricos pero sin el matiz de gran hogar para los ingleses que ofrece Wembley.

Cada año el estadio recibe los partidos de la selección de fútbol, de la de rugby e, incluso, ha sido sede de partidos de la NFL, la liga de Fútbol americano. Wembley recibe a turistas que degustan de un Tour único en el mundo del fútbol. Larga vida al denominado "Estadio nacional", el hogar del fútbol inglés.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario