Josep María Bartomeu, ahora sí, está totalmente acorralado. El presidente del FC Barcelona dijo este lunes, tras la reunión de la Junta directiva, que no piensa dimitir de su cargo pese a que está obligado a convocar un voto de censura en su contra. Bartomeu y sus directivos querían que la moción se celebrara los días 14 y 15 de noviembre con el argumento de que con la pandemia del coronavirus no es factible movilizar a la masa social para llevar a cabo una votación.
Sin embargo, Bartomeu y su Junta se han llevado un duro revés tras la decisión de la Generalidad de Cataluña de ratificar y dar luz verde a la organización del voto para la moción de censura durante los próximos días 1 y 2 de noviembre, dentro de los plazos que establecen los estatutos del club.
Desde el Ejecutivo autonómico señalan que "no hay impedimentos jurídicos ni sanitarios" por las que no se pueda celebrar la votación y a Bartomeu no le queda más remedio que mover ficha: ha convocado a sus directivos a una nueva reunión extraordinaria para este martes por la tarde, a partir de las 19:00 horas, y la sombra de la dimisión vuelve a planear sobre las oficinas del Camp Nou. Esta vez, con más visos de convertirse en realidad que nunca.
En la reunión se debe decidir si se celebra el referéndum, y en qué fecha, o se presenta la dimisión en bloque.
Bartomeu sus directivos insisten en la falta de tiempo para gestionar toda la organización y por sus cabezas sólo pasa la idea de celebrar el voto de censura los días 15 y 16 de noviembre de forma descentralizada.