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El desgobierno del fútbol español: afición en Segunda B y competiciones europeas y estadios vacíos en LaLiga

Sin mando único, CSD, Liga, Federación, UEFA y gobiernos autonómicos se reparten influencias sobre el público en los estadios.

Luis Rubiales, Irene Lozano y Javier Tebas | CSD

Este fin de semana comienza una nueva temporada en Segunda B, la próxima semana harán lo propio las competiciones europeas y el desgobierno que existe en la organización del fútbol con CSD, LaLiga, RFEF y la UEFA, se va a plasmar en imágenes que escapan de cualquier lógica. Habrá público en los estadios en Segunda B, pero no en todos. Habrá público también en las gradas de los clubes de Primera, pero solo de algunos y solo en competiciones europeas, no en LaLiga. ¿Qué sentido tiene? ¿El virus depende de la categoría o de si el partido es nacional o internacional? Es la incoherencia del fútbol español.

Para que entiendan el porqué de esta surrealista situación tienen que saber que no hay un mando único que pueda decidir si hay o no aficionados en cada uno de los estadios. El CSD, que preside Irene Lozano, ha intentado mediar en este asunto pero le ha sido imposible y según fuentes del organismo, se ven ya incapacitados para que todos vayan de la mano. EL CSD tiene autoridad para permitir o no la entrada de aficionados en los encuentros de Primera y Segunda División, además de La Liga Endesa de Baloncesto. Aquí termina su jurisprudencia. La Segunda B o el fútbol no profesional, pertenece a la RFEF y los encuentros de Champions League y de Europa League a la UEFA que ha delegado en cada Comunidad Autónoma. Por ejemplo, en Cataluña, donde juega el F. C Barcelona, en Champions League se prohíbe la entrada de público pero en Euskadi, donde juega la Real Sociedad, no. Su presidente, Jokin Aperribay, ha confirmado que van a aplicar el plan Bizi Berri II del Gobierno Vasco y que haya público en el partido del equipo femenino, del filial de la Real Sociedad y del primer equipo en el encuentro de la próxima semana de la Europa League en la que pretenden que haya 1.000 aficionados ante el Nápoles.

Aperribay dice solo cumplir con las normas y acatarán la decisión del Gobierno vasco si les niegan esta posibilidad, pero así como la Real Sociedad quiere que haya público, no todos los clubes piensan igual. Real Madrid, Atlético de Madrid y Getafe no quieren aficionados en sus gradas. El Barcelona, uno de los clubes más castigados económicamente, ha solicitado que haya público la semana que viene en el encuentro de Champions League ante el Ferencvaros. El club azulgrana quiere que aumente el número de aficionados de manera gradual hasta un 30%, que es lo máximo permitido por la UEFA. El Sevilla y el Granada han pedido permiso a la Junta de Andalucía que se remitirá a lo que ordene el Gobierno que ya se da por vencido después de meses de lucha para que todas las Comunidades Autónomas actúen al unísono.

Este fin de semana comienza la temporada más compleja (102 clubes) y complicada de la historia para el fútbol no profesional cuyo protocolo está a años luz del establecido por LaLiga, mucho más seguro. La RFEF, a instancias del Ministerio de Sanidad, no obliga a que cada club se haga test PCR. Comenzará la competición y no se sabrá si hay positivos en los vestuarios. El CSD no puede prohibir la entrada de público, pero sí lo recomienda. Ahí termina su poder. Todo está en manos de cada Comunidad, tal y como está establecido en la Circular de la RFEF. "La RFEF entiende que debe ser cada club que actúe como anfitrión en los partidos de las competiciones oficiales de ámbito estatal el que regule la afluencia de público en función de la normativa sanitaria dictada en el territorio donde se ubique", está escrito. Y los clubes modestos, afectados por la crisis, si les dan permiso, intentarán paliar sus cuentas con la entrada de un pequeño porcentaje de seguidores. En la Comunidad de Madrid el aforo máximo es el 50% de la capacidad del recinto hasta llegar a los 600 espectadores. En el País Vasco se autoriza el 60% del aforo hasta los 1.000 personas; la Junta de Andalucía, un 65% hasta llegar a 800 espectadores… y así cada una con sus propias normas.

En Galicia, Riazor, el estadio del Deportivo de la Coruña, tiene una capacidad de casi 33.000 espectadores pero el gobierno autonómico permite que haya 5.000 como máximo. El Nuevo Arcángel, con casi 22.000 asientos, podrá albergar 800 espectadores. ¿Menos en proporción que el Deportivo de la Coruña? Sí, pero serán 800 más que en cualquier partido de Primera o Segunda División ese mismo fin de semana o 6.200 menos que en Badajoz, donde el gobierno Autonómico ha permitido el 50% del aforo y hasta 7.000 espectadores. Bienvenidos a la República Independiente del Fútbol Español.

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