Vicente del Bosque ha dicho este viernes que los campeones del mundo de Sudáfrica en 2010 fueron "mucho más que un equipo de fútbol", y ha querido recordar al expresidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) Ángel María Villar como uno de los "artífices" de aquel éxito, en la víspera del décimo aniversario del mayor logro del fútbol nacional en toda su historia.
"Hubo un mimetismo de abajo arriba y viceversa. Se ha trasladado un cierto estilo, aquella selección fue más que un equipo de fútbol. Lo siento, pero tengo que acordarme de Ángel Villar, que ha sido bondadoso, uno de los impulsores del fútbol femenino y de los artífices del triunfo en Sudáfrica", comentaba. Así se manifestó Del Bosque en el acto celebrado al lado del monumento en el Consejo Superior de Deportes que recuerda el gol de Andrés Iniesta en el Mundial y en el que compartió reflexiones sobre Sudáfrica 2010 con la secretaria de Estado para el Deporte, Irene Lozano. También acudieron los expresidentes del CSD Jaime Lissavetzky y Juan Antonio Gómez Angulo.
Del Bosque desveló que cuando llegó al banquillo de la selección española pidió a los jugadores respeto hacia su antecesor, Luis Aragonés. "Fuimos cuidadosos con la herencia extraordinaria de Luis. Les dije que siempre tenían que hablar bien del anterior seleccionador, no del que estaba", manifestó.
El técnico salmantino recuerda que aquel 11 de julio de 2010 sentía que tenía "un sentido grande de la responsabilidad". "Nos jugábamos mucho. Eran nervios contenidos porque éramos conscientes de lo que pasaba en cada barrio y en cada plaza. Hicimos feliz a mucha gente. Digo que solo es fútbol, pero teníamos buenos jugadores, buen estilo, buenas relaciones y éramos un equipo muy unido", rememoró. Aquel grupo estaba "unido", era "duro" y "muy inteligente". "El foco son los jugadores y los demás estamos para ayudar. No fue un campeonato lineal porque hubo tiempos duros y fuimos tomando medidas paso a paso, y en bastantes cosas acertamos. Si tuviéramos que repetir muchas de esas cosas, las repetiríamos", sentenció.
En ese vestuario había dos líderes, uno del vestuario como Iker Casillas y otro "más callado" como Andrés Iniesta, el manchego universal que encarna que el liderazgo es tan diverso en el fútbol. "El partido no lo había visto. Lo he visto en el confinamiento, pero no antes. Luego me ha gustado verlo y he cambiado de opinión en algunas cosas", admitió el ex seleccionador.
"En los partidos me tiritan las piernas"
Antes de aquel histórico tanto de Iniesta, Del Bosque dialogaba con su ayudante Toni Grande sobre los posibles lanzadores en la tanda de penaltis. "No es bueno imponer sino escucharles y que te digan 'yo me siento con fuerzas. En eso estábamos, dando vueltas a una situación. No hubiera sido igual ser campeones a través de los penaltis, es mejor recordarlo por un gol", comparó.
La primera llamada cuando pudo coger el móvil fue para su familia, que se encontraba en Johanesburgo. "Yo creo que no soy de lágrima fácil, tuve una fortaleza emocional, pero a mí en los partidos me entran calores y me tiritan las piernas", afirmó para desmentir su imagen de hombre calmado y frío en el banquillo.
De aquel título Del Bosque se queda con que la selección de fútbol lanzó un "mensaje positivo" y de esperanza en medio de la crisis económica que azotaba al país. "No dejamos de ser un país emigrante hace no muchos años y vimos a mucha gente de todos los países identificada con ese éxito", señaló.
Regresando al presente, el guía de aquella hornada de campeones del mundo se felicitó por el regreso del fútbol tras el parón por la crisis sanitaria y económica de la covid-19. "Hay que hablar de la Federación y de LaLiga. Ahora somos muy listos porque sabemos lo que ha pasado y sustanciar la liga este año es un éxito. Igual que en la crisis económica de 2010, ahora el deporte ha generado la ilusión que tanto necesitaba la sociedad española. Somos un país que individualmente triunfaba y eso ha cambiado mucho desde entonces", remarcó.