Fernando Vázquez ha conseguido algo que pocos consideraban posible: sacar a un equipo herido y que se encontraba el último en la clasificación y colocarlo en zona tranquila.
Es lo que ha conseguido con un histórico del fútbol como es el Deportivo de la Coruña. En su llegada en la jornada 22, tras una victoria en el último encuentro ante el Tenerife con su entonces técnico Luis César Sampedro, ponía al equipo deportivista a cuatro puntos de una salvación que, a pesar de esos tres puntos, parecía un objetivo complicado.
Llegaba entonces un histórico de los banquillos que llevaba sin entrenar desde la 2016-17 en un Mallorca del que salió cesado y, a pesar de los cambios de míster, acabó descendido a la Segunda B.
Anecdóticamente, el maestro recogía el testigo del aprendiz. Sampedro y Vázquez coincidieron en el Lalín. El primero comenzaba en los terrenos de juego de forma casi profesional en la portería, y el segundo tenía sus primeros pasos como técnico. 21 años después y una división posterior (ese Lalín se encontraba en Segunda B) tenía lugar ese cambio contrario a lo que sería considerado como generacional.
El experimentado entrenador volvía a Riazor, tras una etapa anterior que comenzó con el descenso a Segunda en la temporada 2012-13, y una temporada después acababa con la obtención de un ascenso siendo subcampeones de la división de plata del fútbol español. En ese equipo coruñés, se encontraban jugadores de la talla de Manuel Pablo o Marchena, entre otros.
Atrás había dejado Fernando Vázquez un amplio curriculum con luces y sombras, en equipos como Racing, Rayo Vallecano, Las Palmas, permaneciendo tan solo un año y otros equipos con mayor permanencia como el Celta de Vigo, Compostela, Racing de Ferrol o el mencionado Lalín. Como se puede comprobar, unión con su estimada Galicia (a él se le conoce como el O Mago do Castrofeito).
Tras un mal comienzo de un Deportivo que parecía en caída libre, como si se tratara del hijo pródigo, fue llamado y Fernando Vázquez, con la experiencia, sabiduría y conocimiento del club consiguió pasar de ser el farolillo rojo a cuatro puntos de la salvación, a ser parte del grupo con cierta tranquilidad, y cuatro puntos por encima de esa zona de descenso.