El Atlético de Madrid y los 1-0 o 0-1 llevan años demostrando que tienen una relación perfecta a la par que duradera y qué mejor manera de volver a casa tras el parón que colocando este tradicional resultado en el luminoso del Wanda Metropolitano. Es cierto que esta relación entre equipo y resultado crea pequeños microinfartos a propios y extraños, dentro y fuera del seno del Atlético de Madrid, pero es indudable que a día de hoy da igual cómo se consigan los puntos siempre y cuando sean de tres en tres. ¿Fue un tostón? Supino. ¿Quién ganó? El Atlético. Punto y final.
El partido, como lo fue el de la ida, es para guardarlo en vídeo y lanzarlo a un pozo esperando que casi todo, exceptuando el gol y algún pasaje del mismo, acaben en el más absoluto de los olvidos. Pozo para un Atlético lleno de rotaciones, eso seguro, aunque no tanto para su rival ya que el Valladolid volvió a demostrar por qué Sergio mantiene a su combativo equipo fuera del descenso. Los pucelanos son pura intensidad y bien cerrados atrás son capaces de arañar puntos en las trincheras más difíciles. En Madrid rozaron el empate y solo la pésima actuación de su portero evitó el premio de la igualada.
Bien es cierto que el Valladolid cambiaría su buena imagen por los tres puntos del Atlético. Y a buen seguro también que Simeone no quiere saber nada de buenas sensaciones si en su zurrón se queda la victoria. Ambas cosas están claras y más en esta ocasión en la que cualquiera le replica algo al Cholo. Empezó la semana sexto y la acaba tercero jugando tres partidos ante equipos muy intensos, sumando siete puntos de nueve y restando o sacando puntos a los equipos que hace siete días estaban por delante, como eran Sevilla, Getafe y Real Sociedad.
La clasificación da o quita la razón y a Simeone se la da, sin duda, esta semana.
De un inicio prometedor al mismo atasco de siempre
Siempre es complicado abrir la lata ante el Valladolid y eso que el Atlético acumuló mucha gente en el medio durante la primera parte para jugar por momentos con Morata arriba y casi cinco o seis jugadores por detrás. Da igual cómo lo quieras ver en la pizarra, si con un 4-5-1 o con un 4-2-3-1, porque los laterales del Cholo también buscaban sumarse al ataque. Era una ofensiva casi total aunque tenía un problema importante ya que la mayor parte de las veces, si el Atlético perdía el balón, el Valladolid se encontraba en las contras con la sola presencia de Giménez y Hermoso como cierres atrás. De ahí que el conjunto de Sergio gozase de varios contragolpes de mucho peligro con el equipo de Simeone muy partido.
Ni fue una buena primera parte del Atlético ni una mala tampoco. Tuvo su cara y su cruz. Hubo el equilibrio en lo bueno y en lo malo y hubo detalles importantes que marcaron el partido para que todo se fuese al descanso con 0-0. Oblak salvó el 0-1 nada más pitarse el inicio y tanto Morata como Joao Félix tuvieron las mejores del cuadro local.
Contras del Valladolid y dominio acumulativo del Atlético. Ida y vuelta. Todo ello sin que nadie lograse imponer su estilo y con la ausencia de un jugador que decantase la balanza en la primera parte. El Atlético lo intentó con la calidad de Lemar y Joao, pero siempre faltó el tiempo y el golpeo adecuados para que el último pase o el disparo generasen el 1-0. Bueno, siendo realistas, a Lemar, público en la grada o no, le faltan muchas más cosas y una de ellas debería correr por sus venas con algo más de calor.
Tras el descanso se esperaba algo más de verticalidad de ambos conjuntos, pero fue todo lo contrario. Simeone no dudó en poner sobre el tapete verde del Metropolitano a todo su arsenal ofensivo y el partido acabó con Diego Costa, Correa, Carrasco, Koke y Vitolo sobre el césped para tener un ataque totalmente diferente al que inició el choque. Nadie mejoró lo hecho anteriormente por sus compañeros, sin embargo, uno de los recién salidos al campo tendría la suerte de cara para salvar otra mala actuación global.
Traspasado ya el minuto 80, José Antonio Caro, que se tiró todo el partido concediendo malos despejes y malas salidas, redondeó su mala noche volviendo a salir en falso en un córner que acabó con el cabezazo de Vitolo dentro de la portería vallisoletana. Ni siquiera la tecnología de gol salvó a Caro ya que Kiko Olivas llegó un segundo tarde para despejar el balón que ya había superado la línea de meta. El 1-0 ya estaba en el luminoso y los reyes del empate este año, Atlético con 13 y Valladolid con 12, ya sabían que un gol para ellos es casi siempre definitivo.
En Pucela, Correa se topó con el palo en los minutos finales mientras que en Madrid, Vitolo cambió el sino de su equipo. La diferencia entre la 'X' y el '1' en esta quiniela es vital ya que la semana acaba con el Atlético tercero y con un colchón de puntos que le permite un cierto respiro en la Champions. Lo dicho al principio. ¿Tostón? Otro más. Pero, ¿quién ganó el partido?