¿Te gusta el fútbol, echas de menos las competiciones y no conoces la historia reciente del Sunderland? Si este es tu caso, estás de enhorabuena. Coja su cerveza, patatas fritas o los complementos alimenticios habituales de cuando ve fútbol por la televisión, siéntese y disfrute porque esta cuarentena va a ser un pelín más sencilla gracias a Sunderland 'Til I Die (Del Sunderland hasta la muerte) una serie-documental muy recomendable por ser única en su especie. Desde hace unos años se han puesto de moda los reportajes de fútbol y hay tantos ejemplos como días llevábamos en casa. Manchester City, Barcelona, Six Dreams, de LaLiga, todos las temporadas que ganó el Real Madrid la Champions League y claro, los documentales de Kroos, Sergio Ramos, Varane…. Insisto en que hay decenas, pero ninguno como este que pueden encontrar en Netflix.
¿Por qué es diferente? Por la sencilla razón de que todos los que he citado antes y todos los que conozcan son, más que reportajes, publirreportajes. Meten cámaras en lugares interesantes y tenemos acceso a entrenamientos, discursos o conversaciones que son inaccesibles para la prensa y el público, pero todos suelen tener dos características comunes: se narran siempre éxitos deportivos y se nota la tijera institucional en el metraje, hay censura.
En Sunderland 'Til I Die sucede todo lo contrario. Abren las puertas de par en par y nos dan acceso a todo y lo más genial de todo, vamos a ver cómo un club se autodestruye. El documental se graba con la intención de ver cómo un equipo histórico como el Sunderland, asciende a la Premier League (1º División) tras el descenso de la pasada temporada. Confiaban en que los espectadores vieran un año fantástico y acaban viendo justo lo contrario, cómo se hunden aún más e, insisto, sin filtro.
Les pongo solo un par de ejemplos. El primero, Darren Gibson, futbolista del Sunderland a quien pillan borracho en un bar algunos aficionados. No se le ocurre otra cosa que rajar de sus compañeros a los que acusa de falta de compromiso. ¿Qué sucede con Gibson? Más tarde verán cómo otro día de borrachera estrella su coche contra unos cuantos más. El segundo ejemplo, la terrible estructura organizativa del Sunderland. Cuando los ojeadores y cuerpo técnico hacen una lista de futbolistas que pueden fichar o lograr su cesión, abarcan todo. Hay sugerencias surrealistas como Zlatan Ibrahimovic. Es surrealista para casi todos los equipos y estamos hablando de un equipo de segunda división y que, tras varios años malgastando el dinero en fichajes caros, ha tomado la decisión de reforzarse casi a coste cero.
Es un retrato real, excesivamente real para la opacidad a la que estamos acostumbrados cada vez más con los clubes de fútbol. Van a ver los altibajos de un club que va a la deriva y que es casi una religión para una ciudad obrera que vive para y por el fútbol. No es un club cualquiera, solo hay cinco que hayan ganado más Ligas en toda Inglaterra.