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El Real Madrid deja salir con vida al Barcelona tras un recital al que solo le faltó el gol (0-0)

16 disparos, un gol anulado a Bale, dos penaltis no señalados y la sensación de ser superior. Balance insuficiente del Madrid al que le faltó el gol.

Mendy y Messi. | EFE

El Real Madrid ha dejado claro, tras su paso por el Camp Nou, que de verdad quiere y, lo más importante, que está en condiciones de romper la hegemonía de los últimos años del Barcelona en LaLiga. Sólo le faltó el gol en el Clásico (0-0) para rematar a un Barcelona que estuvo durante gran partido a merced de un Madrid con mucho poderío. En lo físico y en el fútbol, en todos sus conceptos. Posicionamiento, presión alta, cobertura, circulación con fluidez de la pelota... Tuvieron ocasiones y llegadas de sobra para marcar y, por si esto no fuera suficiente, hubo dos penaltis bastante claros sobre Varane que no pitaron y, por gestos del árbitro, da la sensación de que tampoco se revisó. Hernández Hernández, en el campo, y De Burgos Bengoechea, en el VAR, vuelven a salir señalados por el madridismo.

Terminado el Clásico, la impresión es clara: el Madrid ha dejado escapar vivo a un Barcelona que solo tuvo un único recurso en ataque con la conexión entre Messi y Jordi Alba. Una conexión, que por otro lado, se fue diluyendo poco a poco con el paso de los minutos. El Barcelona no encontró nunca una solución colectiva al gran entramado defensivo del Real Madrid. Courtois no tuvo que intervenir en ninguna ocasión y eso, en el Camp Nou, es mucho decir. Cuando el Madrid es firme en defensa, su principal hándicap desde hace años y años, es que hay que tenerles en cuanta. Este Madrid es muy serio. Como en Mestalla, sólo le falta el gol y el desequilibrio en los últimos minutos. Es decir, le falta Hazard.

Zidane sigue invicto en el Camp Nou. Cuatro empates y dos victorias para el Real Madrid desde el 2016. No es sólo un alineador. Este partido es otro ejemplo más para quitarle esa falsa etiqueta. El entrenador volvió a demostrar que tenía estudiado al rival, los posibles escenarios del partido y, lo más importante, tiene a su equipo en un estado de forma formidable. Volvió a insistir con Isco, a quien le ha dado la titularidad ante PSG, Valencia y ahora Barcelona y, como se intuía, alineó a Bale para que Jordi Alba se pensara dos veces si subir. Sus dos apuestas respondieron, como el resto de sus compañeros. Pero hay que recalcar que este Bale es el que quiere cualquier aficionado. Uno comprometido, que pelea cada balón en ataque y en defensa y que tiene carácter. Por un par de centímetros en el fuero de juego de Mendy, no tuvo el premio de marcar y celebrar un gol importante para él y para el Real Madrid.

El partido comenzó antes del pitido inicial. Valverde cambió la alineación en la que estaba Busquets y no Rakitic. ¿Estaba enfermo el español? Nunca lo sabremos, pero el segundo del técnico del Barcelona, Jon Azpiazu, aseguró que era una decisión técnica. El centro del campo, un factor que se veía clave para el desarrollo del partido, fue claramente para el Real Madrid. Se lo llevó de calle. Desde el primer minuto. Los blancos no tuvieron que hacer una falta hasta el minuto 7, Casemiro sobre De Jong.

Al principio se podía pensar que el Barça se había visto sorprendido por la alta y precisa presión del Real Madrid y que era cuestión de tiempo que la balanza se fuera equilibrando, pero no fue así. Los azulgrana sólo tuvieron opciones de atacar cuando Leo Messi encontraba espacios para recibir tras sortear la presión o con un pase a Jordi Alba a la espalda de Carvajal. Los laterales fueron el único punto negativo del Madrid. Y tampoco tanto. Mendy tuvo demasiadas oportunidades para ser más decisivo en ataque y Carvajal sufrió demasiado atrás. Lo bueno, y eso habla bien de sus protagonistas y del equipo, es que siempre encontró la ayuda de Varane, Casemiro, Valverde y Bale.

Las dos única ocasiones del Barcelona en la primera mitad fueron en el minuto 30 con un centro de Jordi Alba a Messi que salvó Ramos bajo palos y en el minuto 40 con un pase de Messi a Jordi Alba. Lo dicho. Los infinitos recursos que se suponen en el Barcelona se limitaron a uno. Buen trabajo de Zidane, mal trabajo de Valverde.

El Real Madrid siempre estuvo rondando el área del Barcelona. Disparos que se marchaban por poco, Ter Stegen, un pase interceptado en el último instante, el árbitro o Piqué sobre la línea, impidieron el tanto de los blancos. Al cuarto de hora, el central del Barcelona impidió el tanto de Casemiro en un saque de esquina. Luego llegó el doble penalti sobre Varane. Un agarrón de Rakitic y el más claro e incomprensible con el VAR, los tacos de Lenglet en el muslo de Varane. No hay ninguna duda. Es un penalti tan grande como la indignación lógica del madridismo porque Hernández Hernández ni siquiera fuera a verlo repetido en televisión o porque se tomaran desde el VAR para ver las imágenes durante 30 segundos. Repeticiones que, por cierto, en televisión se vieron una vez.

Superioridad sin premio

El Madrid fue muy superior. Su dominio se basó en un centro del campo que domina todos los conceptos. Va sobrado de físico con Casemiro y Valverde. Tanto que se pueden permitir poner a Isco 80 minutos. Tienen sacrificio, orden y calidad. ¿Cuántos cambios de orientación hicieron? Perdonen pero era casi imposible contarlos. Se hincharon a meter balones en profundidad a Carvajal y Mendy. Y así, poco a poco, con cada pase en largo o corto, fueron metiendo al Barcelona en su área. Así vimos a Griezmann quitarse el balón de encima en su área para coger aire y salir unos metros o a Messi tener que ir a recibir la pelota a diez metros del área. Ni Ter Stegen veía una salida clara en el primer pase.

Y con el Barcelona siendo dominado, Valverde hizo su primer cambio. Sacó a Arturo Vidal. Un cambio, por las características del chileno, muy significativo de lo que es este Barcelona. No cambió nada. Pese a ello, los azulgrana tuvieron una oportunidad muy clara para marcar. En el minuto 60, Leo Messi demostró ser humano al fallar un disparo muy sencillo, con la pierna izquierda, ante Courtois. Ni tocó la pelota. Fue el famoso espejismo. El resto eran disparos de Valverde, Kroos, Casemiro, Benzema o Bale. Todos tuvieron sus ocasiones. Como único pero es que Zidane quizá tardó demasiado en hacer los cambios. También tiene sentido viendo que veía que la dinámica era positiva. Salieron Modric y Rodrygo por Isco y Valverde. Quizá el uruguayo estaba cansado porque no había motivo para sustituirle. Valverde metió a Ansu Fati por Griezmann pero ninguno aportó lo suficiente para romper un Clásico que sabe a poco para el Madrid y a mucho para el Barcelona.

Ficha técnica

FC Barcelona, 0: Ter Stegen; Semedo (Arturo Vidal, m.55), Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Rakitic, Sergi Roberto, De Jong; Messi, Suárez y Griezmann (Ansu Fati, m.83)
Real Madrid, 0: Courtois; Carvajal, Ramos, Varane, Mendy; Casemiro, Kross, Fede Valverde (Modric, m. 79), Isco (Rodrygo, m.79); Bale y Benzema

Árbitro: Hernández Hernández (Comité canario). Mostró cartulina amarilla a Rakitic (m.21), Luis Suárez (m.40) y Lenglet (m.45), del Barcelona; y a Casemiro (m.66), Bale (m.70), Isco (m.76), Sergio Ramos (m. 78) y Carvajal (m.91)
Incidencias: Partido aplazado de la décima jornada de LaLiga Santander, disputado en el Camp Nou ante 93.426 espectadores. En el palco se encontraban, entre otros, el presidente de la Generalidad, Quim Torra; el del Parlamento catalán, Roger Torrent, así como diferentes consejeros del Ejecutivo autonómico; el seleccionador español, Luis Enrique Martínez, y el presidente del Comité Olímpico Español (COE), Alejandro Blanco. Antes del inicio del partido, los espectadores lanzaron gritos de "Spain, sit and talk" (España, siéntate y habla) y a favor de la independencia de Cataluña. El campeón mundial de MotoGP, Marc Márquez, realizó el saque de honor

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