Hace unas semanas se conoció la decisión de Gareth Bale de no publicar sus partes médicos como se hace normalmente en todos los equipos y con la mayor parte de los jugadores del fútbol español. El Real Madrid recibió la petición del jugador tras el último compromiso de selecciones que acabó con lesión del galés y este se ampara en los derechos como paciente de que su información privada a nivel de salud no pueda salir a la luz pública.
En el día de hoy, el diario Marca publica que "en España ya existen casos de denuncias de jugadores a los responsables médicos de sus clubes por emitir información médica sin autorización" y se ha calificado esta nueva situación como la 'Ley Bale'.
Según la legislación vigente a través del artículo 22.4 de la Ley 31/1995 se dispone que: "El acceso a la información médica del trabajador tiene que ser restringido al personal médico y a las autoridades sanitarias que lleven a cabo la vigilancia de la salud, sin que esta pueda facilitarse al empresario o a otras personas sin consentimiento expreso del trabajador". Esta ley es la que permite a Bale y a otros jugadores mantener en secreto sus problemas físicos.
La actitud y decisión de Gareth Bale, legal a todos los efectos, choca con la tradicional puerta abierta que hay en España con los partes médicos. Bien es cierto que últimamente los partes han sido muy genéricos y en muchos casos no se conoce el alcance exacto de la lesión puesto que los diferentes grados en problemas musculares son muy relativos. Eso sí, a día de hoy, un aficionado puede saber perfectamente si su jugador tiene reiteradas lesiones musculares en una zona concreta, algo que para muchos futbolistas les expone a la crítica.
Como bien se puede leer en el artículo de Miguel Ángel Lara y José Luis Calderón en Marca, en países como Inglaterra o Alemania no existen los partes médicos y solo se puede saber el problema de un jugador por una filtración o preguntando en las ruedas de prensa. En España esto está empezando a suceder y la 'Ley Bale' tiene todos los visos de haber llegado para quedarse.