Andaba despistado por el banquillo porque el partido, aquel 24 de abril de 1996, estaba terminando y parecía que no iba a tener oportunidad de jugar con la selección. Fue entonces cuando José Francisco Molina (actual director deportivo de la Federación Española) oyó una voz de su seleccionador, Javier Clemente. "Vas a salir", le dijo el míster. Pero nunca como pensó el portero, que ya imaginaba su debut como internacional entre los tres palos. Juanma López, defensa del Atlético, se retiraba lesionado y, antes de quedarse con diez jugadores (se habían agostado los cambios), a Clemente se le ocurrió lo impensable. Molina iba debutar de interior izquierdo.
Los espectadores del Estadio Ullevaal de Oslo no daban crédito a lo que veían, pero el experimento no salió mal. España aguantó el empate a cero y Molina estuvo a punto de marcar un gol. Clemente cumplió con dejar la portería a cero, y el guardameta vivió su primera experiencia como internacional de una manera distinta a lo que siempre había pensado.
La historia de Molina con Noruega no acaba ahí. El exportero internacional no guarda un buen recuerdo del 13 de junio de 2000, en Rotterdam. España debutaba en la Eurocopa de Holanda, precisamente frente a los nórdicos, con muchas opciones de hacer un buen papel en el torneo. Mediada la segunda parte una salida alocada hundió su prestigio como internacional. La cabeza de Iversen se anticipó por encima de la mano de Molina y la pelota entró mansamente en la meta española. Fue entonces cuando todo el mundo culpó al valenciano, incluido un José Antonio Camacho que lo apartó de la titularidad el resto de la competición en favor de Santi Cañizares.
Muchos dicen que la relación entre el técnico y el portero terminó entonces y que no se volvieron a hablar. Consideró Molina que fue una puñalada desplazándole en medio de la Eurocopa. El técnico siempre se defendió quitándole hierro al asunto y apelando a lo que es el fútbol. Un deporte donde todo puede cambiar según el rendimiento.
Este sábado en el Estadio Ullevaal, en el mismo escenario que aquel lejano 1996, Molina cambiará el traje de corto por el de directivo para presenciar a los pupilos de Robert Moreno en su camino hacia la Eurocopa del próximo verano, cuya clasificación tiene nuestra selección bastante encarrilada.