James Rodríguez tenía ganas de marcar con la camiseta del Real Madrid. Se notó al instante en su celebración ante el Granada. Se quitó la camiseta, se fue a celebrarlo con la grada... y era un encuentro de Liga en el que el Madrid ya comandaba en el marcador por 3 a 2. En realidad, James tiene ganas de revindicarse como futbolista y triunfar en el Real Madrid. Lleva ya tres años sin dar su máximo nivel y sin consolidarse en un once titular en el que nunca estuvo durante su anterior etapa en el Bernabéu con Zidane.
La vida le ha dado una segunda oportunidad y, por lo que parece, James la va a agarrar con todas sus fuerzas. El centrocampista está aprovechando al máximo todos los minutos que le está dando Zidane. Sabe que tiene que hacerlo perfecto porque su tarea es máxima: convencer a un entrenador que no llegó nunca a confiar plenamente en él. James, según cuentan en Valdebebas, está en un estado físico formidable. Así lo ven desde el cuerpo técnico y también sus compañeros, que siempre han pensado que el colombiano tiene una calidad notable.
Ahora ha llegado el parón de selecciones y James no se ha ido con Colombia por decisión personal. Lo habló con Carlos Queiroz, el seleccionador, a quien le explicó los motivos. Quiere quedarse en Madrid, seguir entrenando con Zidane en Valdebebas y seguir convenciendo al entrenador para que cuente más con él. James, en una decisión que ha podido sentar mal en Colombia, ha renunciado a jugar dos partidos, ante Chile y Argelia, para entrenar con su club.
Esta decisión la tenía tomada antes de saber que no iba a ser convocado ante el Brujas, en el partido de la Champions League o ser suplente en el último partido ante el Granada. No es una decisión ante las últimas decisiones de Zidane. James ya tenía meditado optar por quedarse en Madrid con la intención de seguir ganando enteros en su complicada misión de triunfar en el Real Madrid.