Mohamed Salah emocionó al mundo del fútbol el pasado fin de semana con un gesto que determina la personalidad del egipcio. El protagonista es Louis Fowler, un joven aficionado del Liverpool y quien este fin de semana se convirtió en el niño más feliz del mundo. Paseaba junto a su hermano por el barrio de Melwood cuando por allí apareció Salah en su coche. Como aficionado red había avistado la oportunidad de lograr una instantánea junto a su ídolo y, lo más importante, sin mucha gente a su alrededor.
Por eso, cuando el futbolista se dirigía a entrenar bajo las órdenes de Klopp, Louis comenzó a perseguirle para tratar de que detuviese el coche y se bajase para fotografiarse junto a él. Pero encontró un obstáculo y un gran dolor mientras trataba de cumplir su objetivo: no se fijó y el pobre Louis acabó estrellándose contra un poste de luz. ¿Resultado? Nariz rota.
@MoSalah thank you for coming back to check on my boys after Louis KO’d himself trying to get a wave! He loves you so much and the pain went away instantly when you came to give them a hug. A nose reset worth well worth it he said. You are a top man and a true gent! #EgyptianKing pic.twitter.com/wrmHc4vxB9
— Joe Cooper @joecooper93) August 10, 2019
La historia la contó el padrastro de los niños, Joe Cooper quien, mientras avisaba a una ambulancia, vio como la estrella del Pool bajaba de su coche para preocuparse por el estado del chico. Finalmente, se fotografió con ellos y, aunque fuese por unos instantes, a Louis le desapareció, seguro, el dolor.
"Salah, gracias por volver y preocuparte por mis chicos después de que Louis quedase noqueado al intentar saludarte. Te adora. El dolor se fue inmediatamente cuando volviste a abrazarles. Una rotura de nariz que mereció la pena, ha dicho. ¡Eres grande y un auténtico caballero!", comentaba en Twitter Cooper.