Existen ocasiones en que parece que el destino de una persona está escrito. Un pequeño detalle, un momento fugaz, pueden cambiar la vida para siempre. A veces en positivo, como en el caso ya contado aquí de Julia Dujmovits; y a veces de manera trágica, como en el de Ben Wilson.
En una de esas historias inverosímiles pero ciertas encajaría el caso de Marek Kopacz, un fiscal de la ciudad polaca de Szdlowiec que salvó su vida gracias a un gol logrado por un futbolista argentino a muchos kilómetros de distancia…
El 30 de junio de 1998 se disputaba en Saint-Étienne el duelo correspondiente a los octavos de final del Mundial de Francia entre Inglaterra y Argentina. Marek Kopacz, como tantos millones de espectadores, se sentó en el sofá de su casa ante el televisor para ver uno de los partidos que se presumía más apasionantes de la competición.
Lo cierto es que el duelo no defraudó: tres goles en los primeros quince minutos, y empate a dos en el descanso. El resultado se mantuvo hasta el final, a pesar de la inolvidable expulsión de Beckham tras reaccionar agresivamente a una dura entrada de Simeone, así que el encuentro se marchó a la prórroga. Y de ahí, a los penaltis, en los que se impuso Argentina por 4-3.
Kopacz, que unos días antes vio como una banda criminal le destrozaba el techo de su automóvil, salía cada día a las 22h y llevaba su coche al aparcamiento de la policía, para evitar que se repitiera el ataque. Pero aquel día salió un poco más tarde. Lógico, se quedó frente a la televisión para ver la prórroga y los posibles penaltis.
Pero no pudo seguir disfrutando del encuentro tras concluir los 90 minutos. Muy poco después del pitido final oyó una tremenda explosión desde su sofá. "Cuando terminó el partido oímos un tremendo estruendo, nos asomamos a la ventana y vimos que ardía nuestro automóvil", relataba a la prensa polaca la esposa del fiscal.
Sin duda, la bomba que hizo estallar al automóvil estaba programada para explotar a la hora exacta. A la hora en la que Kopacz se ponía cada noche al volante de su coche. Pero con lo que no contaba la banda criminal era con la prórroga, con el gol de Zanetti al filo del descanso que alargó el partido más de lo previsto.
"Es increíble que mi gol salvase la vida de una persona, pero la verdad es que yo siempre juego para ganar y eso fue lo que hice en aquel partido contra Inglaterra", declararía Javier Zanetti al conocer la noticia.
Una noticia que le llegó al futbolista argentino de la mano del propio superviviente, pues Marek Kopacz -a través del exfutbolista internacional polaco Zbigniew Boniek- consiguió contactar con Zanetti y enviarle una carta de agradecimiento por "haberle retenido ante el televisor con su gol y, con ello, haber salvado su vida".