La detención de Michel Platini por supuestos sobornos para que Qatar se erigiera en sede del Mundial de fútbol de 2022 ha propiciado que los columnistas de La Vanguardia Pilar Rahola y John Carlin insten a una campaña para boicotear su celebración. Carlin fue el primero en proponer tal boicot en un artículo publicado el miércoles en el citado medio. "¿Qué tal si desde aquí, la capital futbolística de Barcelona, iniciamos una campaña llamada #boicotaqatar22? Porque todos sabemos lo que pasó, sin necesidad de que interroguen ni a Platini ni a nadie. ¿Hubo corrupción en la atribución del Mundial 2022 a Qatar? Es lo mismo que preguntar si el emir de Qatar es suní o si los camellos cagan en el desierto", concluía la pieza de Carlin.
El periodista se refería también a los futbolistas Xavi Hernández y Raúl González en un párrafo en el que aseguraba: "Esto no implica necesariamente una condena al fútbol qatarí. Por un lado, los jeques no han hecho más que adaptarse a las leyes del juego impuestas por el brasileño Joao Havelange cuando asumió la presidencia de la FIFA en 1974. Habrán soltado más dinero que los sudafricanos cuando obtuvieron el Mundial del 2010, pero el principio es el mismo. Por otro lado, que el país más rico per cápita del mundo invierta una pequeña porción de sus gasodólares en fomentar el deporte local e internacional con, según entiendo, excelentes centros de formación, me parece bien; que le den a Xavi Hernández y a Raúl González la oportunidad de contribuir algo a la evolución del fútbol árabe y al mismo tiempo ayudarles a que se sigan forrando en el otoño de sus carreras, sin problemas. Ellos dos, en particular, se lo merecen todo y más".
Josep Guardiola quedaba fuera del foco de Carlin, a cuya propuesta de boicot se ha sumado este jueves Pilar Rahola desde las mismas páginas de opinión del diario del conde de Godó. La vocera independentista ha escrito un artículo con duras acusaciones al régimen qatarí: "Pero si es una aberración para el fútbol, es una ignominia para la humanidad, porque se organizará en una tiranía que vulnera todos los derechos básicos, acumula dos mil trabajadores muertos –sí, ¡dos mil!– en las obras de los ocho estadios en construcción y ha sido denunciada por todas las organizaciones humanitarias, mientras sus vinculaciones con el terrorismo son harto conocidas. Esto será el Mundial 2022, dinero de sangre usado para blanquear miserias y llenar bolsillos sin escrúpulos. Una inmensa indecencia".
Ni una palabra de Josep Guardiola tampoco en la pieza de la columnista, biógrafa de Artur Mas, anfitriona de la paella de Carles Puigdemont y el exjefe de los Mossos Josep Lluís Trapero y estrella diaria en TV3.
Defensor del 'procés' y de una tiranía
Cabe recordar que Guardiola emigró a Qatar en 2003, con 32 años, para concluir su carrera futbolística y no dudó en convertirse en uno de los más firmes valedores internacionales del régimen islámico. Según declaraba por activa y por pasiva, Qatar era una democracia, "el país más occidental del mundo árabe". En 2012 aseguraba que "viví allí durante dos años con mi familia y me trataron muy bien, dejé allí muchos amigos musulmanes. Pueda costar entender su cultura, como ocurre con la de Cataluña".
Guardiola fue nombrado embajador del Mundial de Qatar, un puesto desde el que fomentó que la dictadura denunciada por Rahola y Carlin obtuviera la celebración de dicho evento en detrimento de los Estados Unidos. Guardiola también avaló que Qatar patrocinara la camiseta del F. C. Barcelona a pesar de la oposición mayoritaria de los socios azulgranas.
España, "autoritaria"; Qatar, una "democracia"
En junio de 2017 participó en la presentación del referéndum en un acto multitudinario de la ANC y Òmnium Cultural en el que calificó a España de "régimen autoritario", de "perseguir a los catalanes" y de querer "acabar con la sanidad y la escuela catalanas". "Votaremos aunque el Estado español no lo quiera" fue el remate de su arenga a los independentistas.
Los derechos de Roures
Quien también ha quedado fuera de las menciones de Rahola y Carlin en su llamamiento al boicot es el productor Jaume Roures, cuyos negocios audiovisuales tienen una de sus sedes en Doha, la capital qatarí. Mediapro es la empresa que posee todos los derechos del Mundial 2022, cuya celebración está en tela de juicio por el escándalo de corrupción en la adjudicación del Mundial.