Los planes para reformar las competiciones europeas de clubes, con la creación en el horizonte de una Superliga, han generado duras resistencias en Alemania, tanto entre representantes de los equipos de la primera y la segunda categoría como entre los aficionados.
Las protestas de los hinchas se hicieron sentir en la última jornada de la Bundesliga, justo en el partido en el que el Bayern se coronó campeón con una goleada por 5-1 ante el Eintracht Fráncfort.
Los aficionados desplegaron pancartas contra los planes de reforma y contra la UEFA y la Asociación de Clubes Europeos (ECA) que impulsan los planes.
Así, por ejemplo, el grupo Munich' Red Pride mostró una pancarta en la que preguntaba: "¿Eurocopa como un club cerrado? ¡Nos cagamos en la UEFA! ¡Nos cagamos en la ECA!"
En otra pancarta, también dirigida a la Asociaciñón de Clubes Europeos (ECA), decía: "Supervivencia de los más ricos-ECA".
Los temores, que entre los seguidores de otros clubes alemanes son incluso más grandes que entre los seguidores del Bayern, tiene dos aspectos.
El primero es que el futuro sistema termine por agrandar la brecha entre los clubes ricos y los clubes pobres. El otro es que una especie de superliga europea termine quitándole importancia a las ligas nacionales.
"La clase media se desmorona lentamente. Hay que tener cuidado de no pasarse. Tenemos que volver a hablar de fútbol. De lo contrario llegaría el día en que los seguidores nos abandonen", dijo recientemente el director deportivo del Eintracht, el exjugador Fredi Bobic.
El malestar por los planes de reforma es tan grande que, según informaciones del diario Frankfurter Allgemeine la mayoría de los clubes alemanes que forman parte de la ECA –en total son trece– se plantean abandonar la organización cuyo presidente, Andrea Agnelli, es uno de los abanderados de la transformación.
Según el director administrativo de la Liga Alemana de Fútbol (DFL), Christian Seifert, los 36 clubes de la primera y la segunda Bundesliga se oponen de manera unánime a los actuales planes de reforma.
Sin embargo, dentro de los directivos de los clubes alemanes Karlheinz Rummenigge, presidente del Consejo Directivo del Bayern y antecesor de Agnelli al frente de la ECA, juega un papel que resulta por lo menos ambiguo.
Como representante del Bayern tiene que asumir la posición oficial de la DFL pero a la vez llama a la "comprensión" de otras posiciones, con lo que las pancartas del sábado pueden verse en parte como dirigidas a él.