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Ramadán y fútbol de élite: ¿cómo afecta el ayuno en plena competición?

El Ramadán afecta a miles de futbolistas. Algunos lo cumplen a rajatabla, como El Zhar; otros, como Benzema, lo llevan de manera "laxa".

El Ramadán afecta a miles de futbolistas. Algunos lo cumplen a rajatabla, como El Zhar; otros, como Benzema, lo llevan de manera "laxa".
Karim Benzema, cumpliendo el quinto pilar del islam: la peregrinación a La Meca. | Archivo

Los más de 1.600 millones de musulmanes que hay en todo el mundo comenzaron el pasado domingo su mes sagrado: el Ramadán, en el que deben abstenerse de comer, beber y tener relaciones sexuales durante las horas de luz, desde el alba hasta la puesta de sol.

Por poner un ejemplo, los musulmanes que residen en Madrid —cerca de 280.000— están obligados a realizar el ayuno durante 16 horas al día (en esta época del año, la salida de sol en la capital de España se produce a las 5:20 de la mañana y la puesta, en torno a las 21:20).

Según han confirmado a Libertad Digital fuentes del Centro Cultural Islámico de Madrid —inaugurado en septiembre de 1992 y considerado como la institución cultural islámica más grande de España—, el Ramadán es "obligatorio para todo musulmán, en plenas facultades mentales, desde la pubertad hasta el final de sus días". "Es el cuarto pilar del islam (los tres más importantes, según se refleja en el Corán, son la profesión de fe o shahada, la oración o salat y la limosna o azaque, por ese orden, mientras que el quinto es la peregrinación a La Meca o hayy)", apuntan desde el Centro Cultural Islámico, "y nosotros entendemos que la fuerza que nos da Dios es mayor que la fuerza que nos proporciona el alimento".

En España son 1,9 millones los musulmanes que están llamados al Ramadán. Durante este mes sagrado de ayuno, deben seguir con su rutina habitual, aunque los musulmanes tienen derecho a pedir una flexibilización de los horarios de trabajo. En este sentido, hay vigente un acuerdo de cooperación del Estado español con la Comisión Islámica de España, según el cual los miembros de las Comunidades Islámicas pertenecientes a dicha comisión que lo deseen "podrán solicitar la interrupción de su trabajo los viernes de cada semana, día de rezo colectivo obligatorio y solemne de los musulmanes desde las 13:30 hasta las 16:30 horas, así como la conclusión de la jornada laboral una hora antes de la puesta de sol, durante el mes de ayuno". Las horas deberán ser recuperadas sin compensación alguna.

Pero, como siempre, hay excepciones, que quedan reflejadas en el Corán. Así, están exentos de cumplir el ayuno los enfermos y los niños, así como las mujeres embarazadas, en periodo de lactancia y en periodo menstrual. Otra excepción afecta a los viajeros, pudiendo librarse del ayuno las personas que se desplacen más de 84 kilómetros en un día (pero con la obligación de cumplir el Ramadán en otra jornada posterior).

¿Qué es el Ramadán?

El Ramadán coincide con la fecha en la que el Profeta Mahoma recibió la primera revelación del Corán, el libro sagrado de los musulmanes que, entre otras muchas cosas, establece los límites en las relaciones entre individuos y entre el individuo y la comunidad. Durante el Ramadán —el nombre de ramadán en árabe proviene de la raíz Ramada, que significa 'quemar' y 'ardiente', entendiéndose que durante este mes sagrado los pecados son perdonados como si estuvieran quemados—, los musulmanes deben cumplir con el ayuno o sawn, considerado como un método de auto-purificación por el que aprenden a tener fuerza y paciencia y, por lo tanto, a conocerse a sí mismos.

Así, este mes sagrado del islam tiene, además de una función religiosa, una sanitaria (purifica el cuerpo), mental (fortalece la voluntad) y moral (hacer comprender lo que sufren las personas privadas de alimento).

¿Por qué cambia de fecha cada año el Ramadán?

Los musulmanes tienen su propio calendario: el ciclo lunar, cuyos días no coinciden de año a año. El Ramadán siempre es el noveno mes del calendario lunar, comenzando con la aparición de la luna nueva y acabando con la siguiente luna nueva. Este año el Ramadán comenzó el domingo 5 de mayo y finalizará el martes 4 de junio. El Ramadán comienza unos 11 días antes cada año, lo que hace que no siempre coincida con el verano en Occidente: por ejemplo, en 2020 será entre abril y mayo, con lo que el esfuerzo del ayuno será menor, lógicamente, al haber menos horas de luz. Al basarse en ciclos lunares, el tiempo del Ramadán no es exactamente el mismo cada año, aunque siempre suele durar 29 ó 30 días.

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El Ramadán en los deportistas de élite

Entre esos 1.600 millones de musulmanes que hay en el mundo, hay miles y miles de deportistas. Muchos de ellos de élite, con lo que el hecho de pasar un mes entero cumpliendo el Ramadán puede afectar de manera considerable a su rendimiento. No obstante, cada jugador afronta este ayuno de forma distinta.

Con respecto a los futbolistas, Libertad Digital, tras hablar con distintos clubes del fútbol profesional español (LaLiga Santander y LaLiga 1|2|3) que tienen en sus plantillas a jugadores musulmanes, ha podido diferenciar entre tres tipos de situaciones a la hora de cumplir con el Ramadán:

  1. Jugadores que deciden no practicar el Ramadán durante los días de partido, considerándose exentos del ayuno. El mejor ejemplo en esta categoría son el egipcio Mohamed Salah y el senegalés Sadio Mané, ambos del Liverpool. La pasada temporada, durante la final de la Champions que los Reds disputaron, y perdieron, contra el Real Madrid en Kiev, ambos futbolistas decidieron interrumpir el Ramadán para encontrarse en plenitud de facultades físicas
  2. Jugadores que practican el Ramadán de una manera más laxa. Un buen ejemplo de este caso es el madridista Karim Benzema, delantero francés de origen argelino. Durante el mes sagrado tienen una dieta especial en la que se alimentan, sobre todo, de tartas dulces y fruta
  3. Jugadores que practican el Ramadán de manera radical. En esta categoría se encuentran, por ejemplo, el holandés nacionalizado marroquí Noussair Mazraoui (Ajax) y el marroquí Nabil El Zhar (Leganés). A pesar de competir al máximo nivel, no comen ni beben nada hasta que cae la noche. En su caso, argumentan que, pese a no ingerir alimento alguno, se encuentran más puros y sienten "la fuerza de Dios", que les ayuda a "jugar mejor".
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    Salah y Mané (d), durante la final de la Champions 2018 entre el Liverpool y el Real Madrid. | EFE

Pero, como cabía suponer, los jugadores que están encuadrados en esta tercera categoría suponen un auténtico quebradero de cabeza para sus clubes. Por un lado, los equipos deciden no presionar a sus futbolistas al considerar que el Ramadán es una decisión religiosa "muy personal". Insistir e intentar de convencerlos para que coman o beban durante el día podría resultar ofensivo y hasta ridículo. Pero, por otra parte, los servicios médicos se muestran muy preocupados. Por mucho que los jugadores que siguen a rajatabla el Ramadán aseguren que no se sienten más cansados o sin fuerzas, lo cierto es que disputar un partido del máximo nivel sin comer ni beber nada en todo el día supone un auténtico riesgo. Y no sólo a nivel deportivo, sino también para su salud.

El pasado lunes, en vísperas del partido de vuelta de semifinales de la Champions contra el Tottenham en Ámsterdam, el fisioterapeuta del Ajax, Raymond Verheijen, mostró su preocupación respecto a este asunto con los tres futbolistas musulmanes que hay en la plantilla ajacied: el propio Mazraoui, además de Hakim Ziyech y Zakaria Labyad. "Sería totalmente irresponsable cumplir con el Ramadán en esta época de la temporada", dijo Verheijen en declaraciones al diario holandés De Telegraaf. Según explicó, la falta de alimentos y líquidos en las horas previas al partido produce que los músculos se contraigan más lentamente y, con ello, aumente el riesgo de sufrir lesiones. "Imagina que el partido termina 0-1 y, después de 90 minutos, tienen que jugar una prórroga. Espero que los propios jugadores piensen que eso es imposible", añadió el fisioterapeuta, en unas declaraciones realizadas 48 horas antes del partido, que terminó con victoria del conjunto inglés por 2-3.

En la misma línea que el fisioterapeuta del Ajax se expresaba el doctor Víctor Laínez, exjefe de los servicios médicos de la Federación Española de Baloncesto (FEB), en declaraciones a Libertad Digital. "Lo más importante es no poder beber. En la alimentación cambian las horas, pero les afecta más la hidratación. El hecho de estar tanto tiempo sin poder beber, más de 12 horas, les puede provocar lesiones musculares. El músculo necesita agua, como todas las células de nuestro organismo, y si no estás bien hidratado, mal empezamos. Imagínate: un partido de fútbol de 90 minutos, si encima juegas de día y en estas fechas, en las que estamos ya casi más cerca del verano y hay más horas de luz. Encima tratándose de un deporte tan explosivo, como es el fútbol, donde sometes al músculo a tantos cambios bruscos... así que la hidratación muscular es primordial en el deporte, y más aún en el deporte de alta competición", sostiene el galeno.

Sin embargo, tanto Mazraoui como desde el Centro Cultural Islámico de Madrid niegan la mayor en este sentido. "Estoy acostumbrado a hacerlo (ayunar). ¿Puede un atleta de alto nivel dejar de comer si tiene que hacer un gran esfuerzo? Hay opiniones diferentes, pero ésta es mi elección. Me siento bastante enérgico durante el Ramadán", decía Mazraoui en una entrevista con el periódico Het Parool antes del partido ante el Tottenham. Un duelo en el que el lateral derecho del Ajax dejó una icónica imagen, marchándose hacia el banquillo a los 17 minutos de juego sólo para comer. Eran las 21:17 horas y, entonces, se acababa de poner el sol en Ámsterdam, con lo que Mazraoui pudo acabar con el ayuno e ingerir un gel de glucosa, especial para deportistas.

"Están acostumbrados a hacer el ayuno casi desde niños", apuntan, por su parte, desde el Centro Cultural Islámico de Madrid, para salir en defensa de los deportistas musulmanes que cumplen con el Ramadán a rajatabla. En este caso, el verdadero problema no reside tanto en dejar de comer, sino en no ingerir líquidos: el gran riesgo para el deportista es la deshidratación, con la consiguiente pérdida de líquidos que no pueden ser reintegrados.

Tampoco es una cuestión baladí el pasarse 20 horas sin ingerir un solo alimento antes de disputar un partido. En este punto, conviene explicar cómo reacciona el cuerpo ante el ayuno. El cuerpo no entra en un "estado de ayuno" hasta ocho horas después de su última comida. Una vez que lo hace, el aparato digestivo termina de absorber los nutrientes de los alimentos. Poco después, el cuerpo recurre a la glucosa almacenada en el hígado y en los músculos para proporcionar energía. Una vez que se agotan las reservas de glucosa, la siguiente fuente de energía para el cuerpo es la grasa. Cuando el cuerpo comienza a quemar grasa, esto ayuda a perder peso al reducir tanto los niveles de colesterol como el riesgo de diabetes. Sin embargo, la caída en el nivel de azúcar en la sangre provoca debilidad y letargo.

Las caras más sonadas

El fútbol, y en este caso concreto la Champions, se encargó de dejar esa icónica imagen de Mazraoui ingiriendo un gel de glucosa para finalizar con el ayuno. Y las cámaras volverán a enfocar el próximo sábado 1 de junio a dos de las principales estrellas del Liverpool, Salah y Mané, durante la final de la máxima competición continental que el conjunto de Jürgen Klopp disputará contra el Tottenham Hotspur en el Estadio Wanda Metropolitano de Madrid. Pero, como ya ocurrió en la final del año pasado contra el Real Madrid en Kiev, ni el egipcio ni el senegalés estarán obligados a cumplir al Ramadán, amparándose en el precepto que excluye a las personas que viajen 84 kilómetros en un día. Cabe destacar, en este sentido, que la distancia de Liverpool a la capital de España es de 1.445 kilómetros en línea recta.

"A los viajeros se les permite dejar de ayunar durante el Ramadán, siempre que recuperen los días no ayunados después del mes de Ramadán y antes de la llegada del Ramadán siguiente; es decir, tienen once meses para recuperar los días que deben ayunar", apuntan desde el Centro Cultural Islámico de Madrid a este periódico.

Salah, Mané, Mazraoui y Ziyech son algunos de los futbolistas musulmanes más conocidos, obligados por su fe a cumplir con el Ramadán. Sin embargo, en las grandes ligas europeas —Inglaterra, España, Italia, Francia y Alemania— hay otras estrellas del fútbol mundial que profesan la religión musulmana. Ahí están, por ejemplo, jugadores como los argelinos Riyad Mahrez (Manchester City) y Faouzi Ghoulam (Nápoles), el marroquí Achraf Hakimi (Borussia Dortmund, cedido por el Real Madrid) y los internacionales alemanes Mesut Özil y Shkodran Mustafi (Arsenal) y Emre Can y Sami Khedira (Juventus).

En el caso de Mustafi, cabe destacar que el central de los gunners nació en la localidad de Bad Hersfeld (centro de Alemania) pero sus padres proceden de Albania, un país con amplia mayoría de musulmanes (58,79%), que incluyen a los suníes (56,70%) y a los musulmanes bektashi (2,09%), mientras que los cristianos representan aproximadamente una sexta parte (16,92%) de la población.

No menos llamativo es el caso de dos centrocampistas titulares de la selección francesa, que militan en la Premier League, como son Paul Pogba (Manchester United) y N'Golo Kanté (Chelsea). Pogba, por ejemplo, es un asiduo a las peregrinaciones a La Meca. El mediocentro del United, que tiene otros dos hermanos futbolistas (Florentin y Mathias) tiene ascendencia de la República de Guinea, un país de más de 11 millones de habitantes que cuenta con un 85 por ciento de musulmanes.

Y, cómo no, en el fútbol español también hay un buen puñado de jugadores musulmanes. Celta de Vigo, Real Betis, CD Leganés y hasta el Real Madrid tienen futbolistas e integrantes del cuerpo técnico que profesan la fe islámica. Además, cabe recordar que el año pasado llegaron a LaLiga Santander y LaLiga 1|2|3 —en calidad de cedidos hasta el 30 de junio de 2018— hasta una decena de jugadores procedentes de Arabia Saudí para militar en clubes como el Villarreal, Levante, Leganés, Rayo Vallecano, Real Valladolid y Sporting de Gijón, dentro de una iniciativa de LaLiga y de su presidente, Javier Tebas.

En la actual plantilla del Real Madrid hay un futbolista musulmán, Karim Benzema, y dos miembros del cuerpo técnico, el entrenador Zinedine Zidane y su ayudante Hamidou Msaidie, según han confirmado fuentes del club blanco a Libertad Digital. No obstante, estas mismas fuentes aclaran que los tres llevan el Ramadán de una forma "laxa". "Ninguno lo lleva ni mucho menos a rajatabla, si bien es verdad que luego, por ejemplo, en todo el año no comen cerdo", apuntan.

Distinto es el caso del Leganés, donde hay dos jugadores musulmanes, aunque cada uno de ellos lleva el Ramadán de distinta manera. Se trata de los delanteros internacionales marroquíes Nabil El Zhar y Yousef En Nesyri, si bien cada uno de ellos lo cumple a su manera. El Zhar es de los que se lo toma muy en serio, respetando escrupulosamente el ayuno. "Él ya dijo hace unos meses en una entrevista que juega mejor en el Ramadán porque se ve más limpio por dentro", apuntan desde el club pepinero a este periódico, mientras que En Nesyri lo lleva de una manera más "relajada", si bien luego "trata de cumplirlo en la mayor medida posible".

El Celta tiene esta temporada cuatro jugadores musulmanes en su plantilla. Según ha podido saber Libertad Digital, mientras los turcos Okay Yukuslu y Emre Mor no lo celebrarán, los franceses de origen argelino y marroquí, Ryan Boudebouz y Sofiane Boufal, lo seguirán a rajatabla. No toman alimento ni bebida alguna desde el alba hasta el amanecer desde el pasado 5 de mayo.

El Celta juega este domingo en Bilbao y, a pesar de que podrían acogerse a la excepción del viajero que recoge el Corán —quedan exentos de cumplir ese día con las directrices del Ramadán al tener que desplazarse más de 84 kilómetros, en concreto 664—, al no viajar en el mismo día del partido, los jugadores celestes no se saltarán el ayuno. Esto significa que tampoco podrán beber durante el partido de San Mamés, que comienza a las seis y media de la tarde y finalizará de día. Así las cosas, la última vez que podrán comer y beber el domingo sería en torno a las ocho de la mañana, casi diez horas antes del partido, y no podrían volver a alimentarse hasta las nueve y cuarto de la noche, más de cuarenta y cinco minutos después de acabar el partido en Bilbao.

En el club olívico respetan las creencias religiosas de sus jugadores, no están preocupados ya que, tanto Sofiane como Ryad, tienen experiencia en este tipo de situaciones, y es que no es la primera vez en su etapa profesional que coincide la temporada con el Ramadán con su participación en ligas europeas (tanto en Francia como en Inglaterra en el caso de Boufal, como en Francia y en España en el caso de Boudebouz) porque en los países islámicos se suspende el torneo y sólo se mantienen los entrenamientos pero en horario nocturno para que no afecte a la hidratación de los jugadores mientras están trabajando. Eso sí, los servicios médicos, incluido el nutricionista del conjunto olívico, les vigilarán con mucho mimo para evitar cualquier percance.

El Málaga, trufado de jugadores musulmanes

Al margen de LaLiga Santander, pero dentro del fútbol profesional (LaLiga 1|2|3), si hay un equipo en España al que le toca de lleno este año el Ramadán, ése es el Málaga CF. Los preceptos del mes sagrado musulmán son cumplidos actualmente por siete futbolistas en el grupo de trabajo de Víctor Sánchez del Amo. El turco Cenk —no está inscrito y no cuenta para la competición aunque se entrena a diario con sus compañeros—, Munir —melillense de ascendencia marroquí, es el portero titular de su selección de los Leones del Atlas—, los marroquíes Boulahroud e Hicham —este último, con ficha del filial pero asiduo en el primer equipo—, el franco-argelino Mehdi Lacen, el francosenegalés N'Diaye y el marfileño Koné son los siete jugadores musulmanes del conjunto de la Costa del Sol.

¿Cómo afecta el Ramadán a estos siete futbolistas?

En los servicios médicos del club malacitano existe un profesional dedicado en exclusiva al asesoramiento para todo lo relativo a la nutrición y a la hidratación de los jugadores. Se trata de Paco Jaime, un experto en situaciones de Ramadán y deporte de alto nivel para amortiguar los posibles efectos adversos en cuanto al rendimiento o prevención de lesiones. Jaime ya ha indicado a los jugadores en cuestión las pautas de alimentación e hidratación a seguir en los parámetros horarios permitidos.

En este sentido, los siete jugadores musulmanes del Málaga deben beber mucha agua y bebida isotónica durante la noche (en los entrenamientos no pueden) y hacer varias comidas para recuperar líquidos (sopas saladas) e hidratos (pastas, arroces, legumbres, carne, pescado...).

Seguirán entrenándose con normalidad, pero cuando termine el trabajo del día llegarán a sus domicilios y dormirán. Será en torno a las nueve de la noche cuando puedan comer, tras lo que tratarán de conciliar algo el sueño, aunque a las cinco o seis de la madrugada se levantarán para un desayuno importante antes de acudir al entrenamiento. Este nuevo régimen suele afectar más en los primeros días, en los que cuesta más aclimatar al organismo a esos horarios.

Los siete cumplirán a rajatabla con el Ramadán todos los días excepto los de partido. Esta circunstancia, por tanto, ya se dio el pasado lunes en el partido de LaLiga 1|2|3 contra el Cádiz en el Ramón de Carranza (1-1) en el que, curiosamente, acabaron en el campo cuatro de los jugadores musulmanes: Munir, N'Diaye, Boulahroud e Hicham. Como ya hemos aclarado unas líneas más arriba, los pocos días en los que estos futbolistas musulmanes se han saltado el ayuno se recupera en meses posteriores, normalmente coincidiendo con las vacaciones.

La opinión de los especialistas

Para poner el punto y final a este reportaje, Libertad Digital se ha puesto en contacto con algunos nutricionistas, uno de ellos muy vinculado al mundo del fútbol y considerado una eminencia en la materia que, por petición propia, prefiere mantenerse en el anonimato. Según él, cada uno lleva el Ramadán de una manera particular, porque es una decisión muy personal, pero en los clubes tratan de que los jugadores estén lo más hidratados posible. La hidratación es clave porque en un partido se pierden entre 2 y 2,5 litros de agua y un futbolista ya lo nota en cuanto pierde incluso medio litro.

El principal problema, hablando de salud, no afecta tanto a los niveles de grasa como a una posible deshidratación. Incluso teniendo en cuenta el bajo índice de grasa de un deportista. "Un futbolista puede tener un kilo de grasa , que son 9.000 kilocalorías, cuando por partido pueden perder unos 1.500, es decir, tendría que jugar seis partidos seguidos para tener que tirar de reservas de grasa... Sin embargo, a la hora de jugar un partido de máxima exigencia física, el hecho de estar bien hidratado en clave. Dos de cada tres partidos de fútbol se deciden en los últimos 10-15 minutos. Los primeros 15 minutos los aguanta cualquiera, la primera media hora prácticamente todo el mundo, 45 ya cuesta ... y lo que decide son esos 75-90 minutos... por eso mismo la hidratación (líquidos) es fundamental".

Este experto en nutrición asegura que "el fútbol está muy bien pensado, además de por la calidad, por el rendimiento que puede dar un jugador y en cómo se convierten en claves los minutos finales". Esos minutos finales en los que jugadores que sigan al pie de la letra el ayuno del Ramadán, tendrán no solo un bajón de juego, también de energía.

Por su parte, el médico nutricionista Salomón Portillo apunta a LD los trucos que utilizan algunos futbolistas, y deportistas de élite en general, como por ejemplo alterar sus ciclos de sueño, con el fin de poder levantarse un par de horas antes de iniciar el ayuno para poder comer y tratar de suplir parte de sus requerimientos calóricos diarios.

"Los iones y electrolitos son muy importantes para la función muscular, y, al hablar de deshidratación, se pierden electrolitos", apunta el doctor Portillo, que hace hincapié en los hábitos horarios, tanto de alimentación como de entrenamiento. "En muchos casos sé que cambian su horas de entrenamiento porque factores como el calor y el sol generan una temperatura corporal mayor y, por tanto, más sudoración. Por ejemplo, si un atleta entrena a las 9 de la mañana tendrá energía y estará hidratado, por lo que habrá logrado comer antes de iniciar el ayuno. Sin embargo, no podrá reponer lo perdido hasta que pueda ingerir alimentos nuevamente por la noche, lo que le generaría un desgaste mayor, pues el cuerpo tiraría de reservas de grasa corporal o de masa muscular", afirma este galeno.

"En los deportistas", añade el doctor Portillo, "es igual de importante la alimentación antes del entrenamiento y la reposición tanto de hidratos de carbono y de proteínas, así como de líquidos post-entrenamiento para poder tener una recuperación adecuada y mantener la masa muscular".

Por último, este médico nutricionista habla de la "trampa" de comer de forma "copiosa" dos veces al día con el argumento de la cantidad y la calidad. "Se tienen que asegurar de cumplir con los requerimientos calóricos de calidad y no sólo antojos y comidas que les sacien pero no les aporten calidad. Han de consumir una cantidad moderada por la noche para que eso no les dificulte el poder conciliar el sueño de manera rápida y al levantarse por la madrugada puedan completar los macros (carbohidratos, proteínas y grasas) para poder afrontar el día de manera adecuada", concluyó el doctor Portillo.

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