El Paris Saint-Germain vive esta temporada quizás el momento más difícil en el último lustro. Tras la llegada de Neymar, la capital francesa vivía en estado de éxtasis confiando en que, por fin, tras una gran inversión podrían llegar los títulos, en especial el de la ansiada Champions League. Pero un año más han terminado el balance de títulos con un trofeo de Liga que no termina de cumplir con las altas expectativas fijadas; a ello hay que sumar que perdieron la Copa de Francia en penaltis ante el Rennes –donde Mbappé acabó siendo expulsado–, la Copa de la Liga. Todo ello dejó entrever que varios puestos importantes dentro del club comenzaban a tambalearse.
El batacazo en Champions ante el Manchester United puso a Nasser Al Khelaifi y Antero Henrique en la cuerda floja. El periodo estival se acerca y, aunque los jugadores harán maletas y se marcharán de vacaciones, la revolución en el vestuario puede ser total. Más aún teniendo en cuenta que Thomas Tuchel y Neymar han hablado dejando entrever el mal rollo existente en el Parque de los Príncipes. "Para conseguir experiencia, hay que escuchar y respetar más. Eso hice cuando era joven, traté de aprender de los veteranos. Aquí, los jóvenes están un poco perdidos, no escuchan. Los veteranos les dan consejos pero ellos contestan. El entrenador da sus instrucciones y también contestan", fueron las palabras de Neymar en referencia a los más jóvenes del equipo, quienes parecen no tener la suficiente disciplina a la hora de acatar órdenes.
Así lo asegura Le Parisien, donde sí exponen los nombres que omite Ney en sus palabras: Alphonse Areola y Presnel Kimpembe. Añaden que su victoria en la Copa del Mundo les ha dado demasiados vuelos y no responden como deberían. "Se lo que quiere decir Neymar [...] A todo el mundo le gusta ganar, pero sólo unos pocos odian perder. Necesitamos más jugadores que odien perder y lo demuestren todos los días", respaldó Tuchel a su estrella brasileña.
Encaran el tramo final de temporada con la Liga decidida y varios partidos intrascendentes que pueden continuar minando la moral del equipo y, además, deben sumar la división del vestuario. Varios jugadores con su continuidad en el aire (Buffon, Alves, Draxler, Rabiot y compañía), un mercado que cada vez ofrece menos jugadores de garantía y un verano de por medio para redefinir el rumbo del PSG.
La amenaza del Fair Play financiero
Como siempre, el club galo y la UEFA andan a la gresca con el asunto del equilibrio económico. Necesitan hacer varias ventas de jugadores para asegurarse, mínimo, 60 millones en ingresos. Una medida que no complacería al máximo organismo continental, pero que sí les daría margen para maniobrar.
Ya han recaudado 25 millones con el traspaso de Giovani Lo Celso al Real Betis y los 10 kilos de Grzegorz Krychowiak al Lokomotiv de Moscú, pero necesitan dar salida a jugadores como Adrian Rabiot, Stanley Nsoki, Thomas Meunier o Christophe Nkunku.