
Hay casos de jugadores que han acabado partidos con los ligamentos rotos. También los hay que han seguido en el campo sólo para estorbar o incluso para marcar el denominado gol del cojo, pero nunca se había visto a un jugador ya lesionado entrar al campo para jugar los minutos de la basura sin poder moverse porque tiene la rodilla rota. Eso es lo que ha pasado en Grecia.
Con el Paok de Salónica ejerciendo de campeón y ganando por 5-0 al Levadiakos, el técnico del equipo griego llamó a Vieirinha, su capitán, que se había roto los ligamentos en la anterior jornada. El jugador salió a la banda, entró al campo y estuvo allí durante tres minutos. Recibió el brazalete y recogió el trofeo al final del partido.
La jugada le salió perfecta al Paok ya que con 5-0 el miedo a una posible remontada jugando con 10 no existía. Es, sin duda, uno de los gestos más inesperados y entrañables de los últimos años.