Carla Suárez se erigió este fin de semana en la gran heroína del tenis español, al sumar contra Bélgica los tres puntos -dos en individuales y uno en dobles- que sirvieron para devolver a la selección de Anabel Medina al Grupo Mundial de la Copa Federación, paraíso perdido en 2017.
La raqueta grancanaria brilló más que ninguna otra sobre la pista rápida y cubierta del Sportcampus Lange Munte de Cortrique, en el oeste de Bélgica. Suárez, con menos recompensas en su carrera profesional que su compañera de equipo Garbiñe Muguruza, se hizo dueña de una eliminatoria extraña y táctica en la que su concentración y constancia inclinaron la balanza del lado español.
Muguruza, 19ª mejor raqueta del mundo, perdió sus dos partidos ante dos jugadoras que, sobre el papel, parecían claramente inferiores. Y tampoco brilló en el doble. La española nacida en Caracas perdió primero contra Kristine Flipkens (6-3, 4-6 y 6-4), el sábado. Y de nuevo el domingo frente a Yseline Bonaventure, 122 del ránking de la WTA (4-6, 6-0 y 6-4).
Pero en ambas jornadas apareció Carla Suárez. Remontó primero el sábado ante Van Uytvanck y el domingo, de nuevo, Suárez apareció al rescate de las españolas con un 2-1 adverso en el marcador y sumó su undécima victoria individual en sus doce últimos partidos con la selección.
España logró así un nuevo triunfo contra Bélgica, después de haber ganado cuatro veces en los siete enfrentamientos previos, el último en 2004 en el Club Nazaret de Jerez de la Frontera (3-2) en cuartos de final del Grupo Mundial. El equipo español podrá soñar a partir de ahora con un nuevo título de Copa Federación, torneo que ha ganado en cinco ocasiones, mientras que Bélgica se alejará al menos un año de la aspiración de repetir la gesta que ya logró en 2001.