A partir del 0-1 de Luis Suárez en el Clásico, el Real Madrid lo pasó realmente mal ante el Barcelona, y la prueba evidente es que, según iban cayendo los goles, el segundo y el tercero, Sergio Ramos tuvo que ponerse firme para evitar una humillación mayor.
Según recogieron las cámaras de Gol, el capitán del Real Madrid le gritó a sus compañeros una orden clara y concisa: "¡Venga, que nos meten seis!". El conjunto blanco consiguió evitar una sangría mayor y no hubo más goles durante el partido, pero la imagen de Ramos está dando la vuelta al mundo para alegría azulgrana y desdicha madridista.
El sábado, nueva oportunidad para hacer más grande la herida o para lograr una vendetta liguera.