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Bale y Courtois evitan una merecida derrota (0-1)

Mal encuentro del Madrid que acabó pidiendo la hora y Carvajal salvando el empate bajo palos. Solari quitó a Bale cuando fue el único que creó peligro

Bale celebra su gol. | EFE

Son 8 victorias en 9 partidos. Un excelente balance para Solari y más si tenemos en cuenta que esta temporada la irregularidad es denominador común en la Liga. Sin embargo, este Real Madrid no deja poso de conjunto ganador, de equipo que aspira a conquistar títulos. El aroma de este Real Madrid no pasa de ser un bloque que pelea y tiene que luchar al máximo para ganar a cualquier equipo. En un buen momento de forma, el campeón de Europa va a Huesca, gana 0 a 3 y la última media hora la utiliza para rotar jugadores y dosificar esfuerzos. Este Real Madrid pide la hora, pierde tiempo y sufre como una mujer en un parto con constantes ocasiones en contra en la última media hora. Courtois, con tres intervenciones y hasta Carvajal bajo palos, evitaron un empate que sí mereció, y de sobra, el Huesca.

El equipo aragonés es colista de primera división, no ha ganado en casa, es la peor defensa de la Liga y tenía bajas importantes como Gallar o Semedo. Datos reveladores que al Madrid, especialista en complicarse en cualquier partido, le da igual. No hicieron prácticamente nada en ataque, no dominó al rival y durante la segunda parte fueron dominados. Para que se hagan una idea, la victoria puede asemejarse a la obtenida ante el Valladolid. Es decir, una victoria pírrica e inmerecida. La ley del mínimo esfuerzo y la máxima tensión para sus aficionados.

¿Será el campo del Huesca uno de los muchos dónde se suele decir que se gana la Liga? El fútbol es tan raro que el Madrid poco a poco se está enganchando a la Liga a base de puntos más que del buen fútbol. Y es que otro equipo, lo normal, es que hubiera empatado o perdido hoy. Lo mejor, desde luego, es el resultado.

Solari apostó por el once esperado. Carvajal en el lateral izquierdo, Ceballos y Llorente en el centro del campo con Modric y arriba Lucas, Bale y Benzema. ¿A quién salvar? El mejor fue Courtois y por fogonazos, que no por juego colectivo, Marcos Llorente y Gareth Bale, el único que creó peligro en ataque. Las cuatro ocasiones contadas que tuvo el Real Madrid fueron para el galés. Ya se ha asumido que no se le puede pedir continuidad, tampoco que influya en el juego asociativo, pues por lo menos que haga esto. Que sea desequilibrante con sus chispazos y que gane partidos. El único tanto del partido llegó tras una de las muchas recuperaciones de Marcos Llorente. Con un toque, roba, y con el segundo, filtra un pase para la subida de Odriozola que pone un centro al segundo palo donde aparece Bale para definir con el interior al primer toque. Casi todo lo que pasó en la primera parte fue en la banda de Odriozola y Lucas. Se nota que se compenetran bien, pero todo lo que aportó el lateral derecho en ataque se compensó con todo lo que sufrió en defensa con Ferreiro y Pulido.

La primera parte pasó sin pena ni gloria. Casi nada que destacar. Ceballos y Modric, incapaces de imponerse en el centro del campo. Benzema, no dio un pase o un desmarque a derechas. Lo mismo Lucas. Y pese a ello, ambos terminaron el partido. Una decisión complicada de entender ya que quitó a Bale cuando era el único que creaba peligro. Solari dio entrada a Valverde e Isco por Modric y Ceballos y en los últimos minutos, Asensio por Bale para que Asensio jugara por la izquierda cuando demostró hace tres días que es más decisivo en la derecha. Ningún cambio funcionó. Quizá influyó demasiado el viento pero siendo esto cierto, que el Madrid tuvo el viento en su contra en la segunda mitad, es un argumento demasiado pobre si comparamos ambas embarcaciones. El Madrid es un transatlántico y el Huesca es un bote pesquero que empieza a navegar en océanos.

No puede ser que la última media hora sea un monopolio del Huesca. Melero falló un gol que medio estadio cantó con un cabezazo sobre la línea y, de nuevo, fue decisivo Courtois. Era un agobió insoportable e intolerable lo que sufría el Madrid con una simple orden de Francisco: balones al área, centros laterales y terminar jugadas. Es algo súper básico pero mató al Madrid que no tuvo más que un par de contraataques decentes con dos disparos de Bale que salvó muy bien Jovanovic, especialmente un mano a mano que evitó con el hombro. Menos mal que marcó el galés en los primeros minutos de partido y tras casi 100 días de sequía en Liga. Si le llega a dar por fallar esa ocasión, a saber si no estamos hablando de otra derrota. El Huesca puede irse con la cabeza bien alta, pero está claro que en sus circunstancias prefieren los puntos que se llevó el Madrid.

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